[14] Conflictos

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El comienzo de un conflicto pronto se vuelve un río desbordado; es mejor controlarlo, antes de que se desborde.

-Proverbios 17:14-

Capítulo 14: Conflictos.

Antonieta peinaba su cabello en su cuarto ya que acababa de salir del baño. El día había estado muy caluroso, y después de lo que le ocurrió con Benjamín en la tarde consideró buena idea refrescar su mente estando una hora bajo la regadera. Por suerte el agua había llegado todo el día en su casa.

La mirada de Benjamín aún no la ha podido sacar de su mente. El tan solo recordarla le ocasionaba escalofríos. Ella se siente un poco preocupada por la salud física y espiritual de su amigo, aún no logra asimilar la actitud que él tuvo hacia ella.

Está más que claro que él necesita de una ayuda urgente. Sus padres y su pastor tienen que estar al tanto de todo lo que está pasando para que empiecen a orar por él y su estado de ánimo, es por eso que Antonieta llamó inmediatamente a los padres de su amigo dándole una explicación clara de todo lo que había ocurrido. Los padres de Benjamín se sorprendieron ante lo que la chica les había comentado por la llamada, así que le dijeron que la mantendrían informada cuando Benjamín llegara a la casa.

Las horas de la tarde pasaron, logrando que la noche hiciera acto de presencia marcando las 7:35 pm.

Golpes a la puerta principal de la casa llaman la atención de la mamá de Antonieta, quien se encontraba hablando en el sofá junto con su hija referente a lo ocurrido con Benjamín. Al llegar abrir la puerta se encontró con Mónica del otro lado, mostrando así un rostro claro de sorpresa ya que no se esperaba dicha visita.

—Hermana Mónica, que gusto verla por aquí. Dios la bendiga —saludó la mamá de Antonieta. Ella luego se hizo a un lado para que así dejara pasar a Mónica sin ningún problema.

—Amén. Dios las bendiga de igual manera —saludó Mónica al entrar a la casa y luego acercarse hacia Antonieta para saludarla con un beso en la mejilla —. Estaba caminando por aquí porque fui a la casa de la hermana Gloria para saber si tenía un vestido verde que me prestara. Saben que tengo la reunión de líderes mujeres en la Iglesia madre para platicar acerca de unas actividades que se harán próximamente, así que quiero ir bien representada. La hermana Gloria me dijo que el vestido lo tenía guardado porque ya no le quedaba, así que me lo terminó regalando.

—¿Y por qué precisamente un vestido verde? —preguntó la mamá de Antonieta.

—No lo sé, se me vino ese color a la mente. De cualquier forma iría con o sin un vestido verde, pero nada perdía en preguntar. Jamás me imaginé que la hermana Gloria terminaría regalándome el vestido. Es muy hermoso, y me queda muy bien —comentaba la hermana Mónica mientras sacaba el vestido de la bolsa para mostrárselo a Antonieta y su mamá.

—Vaya, sí que está precioso —comentó la mamá de Antonieta alzando sus cejas —. ¿Y no te queda apretado, Mónica?.

—No, me queda muy bien. Por un momento pensé que me quedaría muy apretado, pero me equivoqué.

—Estoy segura que sí te verás bien —comentó Antonieta.

—Esperen un momento, voy a ir a la cocina a preparar un café y algo de domplinas. ¿Estás apresurada por irte, Mónica?.

—Si me van a brindar unas domplinas con café pues espero con calma —respondió Mónica mostrando una sonrisa mientras guardaba el vestido nuevamente en la bolsa.

—Okay, entonces ya vuelvo. Hablen las dos con calma.

La mamá de Antonieta terminó yéndose a la cocina dejando a su hija en la sala junto con Mónica, quien sonreía junto con la chica por la actitud de su mamá.

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