ÁNGEL EN LA CARRETERA

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NUEVE MESES ANTES

¿No podían escoger una carretera  más  ajetreada? Sólo esparcir por el mundo los patéticos criminales que éramos.

Yo estaba en la carretera 28 vestida con mi atuendo de reformatorio más elegante. Mono naranja con chaleco amarillo brillante-
Caminando por la cuneta, levantando la basura que era lanzada por las ventanillas de los coches por los otros malhechores. Yo había sido asignada a un centro de detención juvenil basado en servicios comunitarios. Supongo que no era lo suficientemente dura como para pegar a instalaciones cerradas. Y debería haberme considerado afortunada:  en realidad conseguía salir del edificio para las tareas de trabajo.

Si... lo que sea. Estaba malditamente avergonzada cada vez que ellos me dejaban en un lado del alguna carretera para recoger basura. Mi largo cabello rubio estaba levantado en una cola de caballo obligatoria, resaltando mis mejillas sonrojadas que se volvían de un tono rojo más oscuro cuando un camión pasaba lentamente, tocando la bocina de forma odiosa, con sus pasajeros saliéndose de las ventanillas para gritarme.

¡Amaia!- grito uno -¡bonito atuendo!

Baje la mirada a mi atuendo. Era poco favorecedor, colgando de mi pequeño cuerpo como un mono de bebé, pero podía superar eso. Lo que no podía superar era el horrible color que le hacía perder color a mí perfecta  piel.

-No respondas- ordeno la oficial Clément no iba a hacerlo- Murmuré apuñalando una copa de espuma de poliestireno, con mi palo de la basura.

-¿ Que fue eso pregunto?- pregunto  la oficial Clément, sobrepasándome.

-Nada, señora -replique, y continúe mi trabajo. Solo un mes, pensé caminando y pinchando, caminando y pinchando.

No me di cuenta de que había caminado y pinchado por el camino hasta llegar junto a un coche estacionado en un lado, subido con un gato. Era un Volkswagen viejo y negro, su propietario un joven doblado para cambiar su rueda pinchada. La basura estaba contaminando su área de trabajo, y no estaba segura de que debiera levantarla. Pero él parecía tan completamente concentrado en atornillar los tornillos que estaba segura de que no me vería.

Al poner un envoltorio de hamburguesa cerca de la parte trasera de la rueda y su rostro se levantó rápidamente.

Mi reacción inmediata fue girarme y correr. Estaba aterrorizada. Recordé mi discusión en el grupo juvenil hace un tiempo sobre ángeles y que, siempre que los mencionaba en la Biblia, lo primero que dice es  "no temas". Mi pastor de juventud decía que eso era porque los ángeles Lucían espantosos: todo ojos sobre sus cuerpos y debajo de sus alas.  Primero que nada, ¿como sabía él como lucía un ángel? y segundo, ¿porque Dios haría parecer a sus ángeles como un puñado de bichos raros?

No. no creía que los ángeles lucieran así en absoluto. Pensaba que lucían como una perfecta simetría. Y eso es lo que asustaba como la mierda de la gente. Una forma demasiado hermosa para contemplarla. Como este joven agachado sobre sus ruedas, mirando mi mono naranja y palo de basura, preguntándose que podría haber hecho una niñita como yo para aterrizar en un reformatorio. Porque yo era una pequeña, después de todo. Medía 1,57 Metros y pesaba 45 kilogramos.

- Me quitaré del medio en un minuto -dijo él, limpiándose  sus cejas con su mano.

Asenti y lo observé terminar de apretar los tornillos, luego se levantó y estiro su espalda. Vestia una versión masculina de Jeans ajustados y una camiseta negra que decía "medianoche en un mundo perfecto" y la delantera en letras blancas y rudas, converse all star rojas y un ramillete de cintas trenzadas de varios colores estaba rodeando su mano izquierda. Su cabello ondulado y negro sobresalían en todas las direcciones, y no podía decir si era natural o un producto capilar. Yo esperaba que fuera natural. No quería pensar en que él pasaba mucho tiempo peinándose su pelo.

PARADISE SUMMERLAND (historia adaptada almaia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora