Rechazada Por El Alpha

|CAPITULO 52|

¤ Isabelle ¤

— Así que viejos tiempo, ¿Eh?— Es lo único que dice, pero la forma en que pronuncia las palabras hace que un escalofrió me recorra la columna —.

Su mirada a través del brillo verdoso de sus ojos es dura y severa, como si en ella se pudiera reflejar que no queda rastro alguno del Edrick con el que estuve hace unos minutos, todo en él deja ver el verdadero carácter de un Alpha.

— Edrick...—Comienzo a decir mientras me acerco un poco a él, pero las palabras se quedan en el aire —.

— Yo no sé ustedes, pero creo que me deben una explicación.

Y con aires de grandeza se cruza de brazos y se recarga en el marco de la entrada al comedor. Luce calmado, pero se perfectamente que no lo está para nada, la actitud que está adoptando justo ahora es la del antiguo Edrick, es la actitud que a la vez me atraía de él, pero también odiaba con todas mis fuerzas, la actitud de cuando era encantador, pero también un completo idiota.

— ¿Cuánto escuchaste?— Tengo que asegurarme de no arruinarlo más —.

— No lo sé, tal vez desde la parte en donde Ben te cuenta sobre sus deseos de que alguna vez fueras su esposa.

De nuevo me quedo sin nada que decir, es como si tuviera miedo, miedo de mi propio mate, pero no debería de tenerlo, lo que paso entre Ben y yo es historia.

Miro por encima de mí hombro, hacía Ben y su expresión no es temerosa ni mucho menos, tan solo se le nota confundido y sorprendido. Maldición, tiene una nariz perfecta, lo único que ruego es que Edrick no la arruine.

— Edrick solo subamos y hablémoslo a solas, tú y yo nada más.

No sé qué más decir, pero definitivamente no quiero meter a Ben en esto.

— ¿Acaso pensabas ocultármelo para siempre, Isabelle?

Su pregunta está llena de veneno y con pasos lentos comienza a caminar hacía mi lo que por alguna razón me hace retroceder un par de pasos.

— No necesitabas saberlo, Edrick.— No sé de dónde saco fuerzas para hablar —.

— ¡¿Qué no necesitaba saberlo?!— Grita acortando la poca distancia y sujetándome levemente por los hombros —. ¡¿Pensabas que no me enteraría jamás de sus recuerdos bonitos?! Nadie mejor que tu debería saber que uno siempre se entera de las cosas.

Me sacude un poco por los hombros, está enojado sí, pero la forma que tiene de mirarme también me muestra que está dolido y yo lucho con todas mis fuerzas por mantenerme firme y no soltar ni una lagrima porque entonces eso me haría parecer culpable, y lo soy, pero no de la manera que él cree.

— Edrick por favor, necesitas calmarte, amigo.— Habla Ben por primera vez —.

Pone una mano en el hombre furioso que tengo frente a mí y este lo mira de una manera que no me gusta nada.

— ¡¿Amigo!?— Exclama y me suelta —.

— Por favor Edrick, te lo suplico, vayamos y hablemos esto tranquilamente, te contare todo lo que quieras saber, pero solos.— Tomo su brazo, pero él lo quita bruscamente —.

— Un amigo no desearía jamás a la mate de su amigo, ¿Acaso olvidas las leyes?— Dice a Ben demasiado cerca de su rostro, pero de repente su mirada esta otra vez en mí —. ¿Por cuánto tiempo paso todo eso entre ustedes? ¿O es que acaso sigue pasando? ¿Cuándo Erin y yo no nos damos cuenta continúan recordando viejos tiempos?

Con esas palabras mis nervios y preocupación desaparecen como por arte de magia y no pongo el más mínimo esfuerzo por contenerme y abofeteo a Edrick con todas las fuerzas que justo ahora soy capaz de sacar. Se lleva la mano a la mejilla adolorida y por un momento siento el impulso de disculparme, pero este se disipa rápidamente. ¿Cómo es que hace un rato me hacía sentir la mujer más maravillosa del universo y ahora insinúa algo así de mí?