Forastero | Staxxby en Karmaland

Capítulo 52

Alex, al notar que Frank no estaba en casa, ni siquiera se tomó la molestia de ir a intentar abrir las puertas, sólo se quedó en la cama. Miró el techo con angustia, pensando en sus amigos, en Karmaland, en Frank. Realmente no sabía qué camino tomar, tenía un terrible conflicto en lo que a aquello concierne. Estaba enamorado de Frank, eso era una realidad y hasta se lo había dicho, pero no podía dejar Karmaland así. Si sus amigos ya notaron su ausencia deben estar preocupados, aunque tampoco sabía exactamente cómo regresar a Karmaland. Y así pasó media mañana, y hubiese pasado así todo el día si Frank no hubiese llegado.

-¿Pequeño? –Llamó Frank con suavidad, entrando en la habitación.

-Hola Frank –Dijo.

-¿Estás bien?

-Sí –Suspiró, sentándose en la cama-, sólo pensaba.

-¿En... tus amigos? –Preguntó con cautela.

-Sí, me pregunto si estarán preocupados... pero no estoy tan seguro, ellos son muy inteligentes, si me estuviesen buscando ya me hubiesen encontrado.

-¿Quieres regresar a tu aldea? –Preguntó, temiendo por la respuesta.

-No lo sé en realidad, y si quisiera hacerlo tampoco sabría cómo hacerlo, dices que no conoces Karmaland y yo estoy perdido y mis amigos quizás ni siquiera hayan notado que me fui –Tomó aire por la nariz y suspiró sonoramente-, ya da igual.

-Oh... -Frank no supo qué responder, supuso que Alex estaba pensando en Jimmy, o en sus amigos, pues eso siempre lo dejaba reflexivo. Frank no quería que pensara en eso, pues lo ponía triste, por eso, decidió hacer algo un poco arriesgado para animarlo- Ven pequeño, vamos a salir.

-¿Qué?

-Arriba, ven conmigo –Sonrió acercándose al menor, tomando sus manos y tirando suavemente de ellas.

-¿Y a dónde vamos? –Preguntó poniéndose de pie, confundido.

-Te voy a llevar a Calvaland.

-¿A Calvaland? –Se sorprendió.

-Así es, quiero presentarte a alguien que seguro te agradará.

Así, sonriendo, Frank tiró de la mano de Alex y se fueron a llenar dos mochilas con lo que necesitarían, Frank le advirtió que sería un camino largo y que fuese preparado. En media hora ya estaban partiendo.

Iban hablando en el camino, pues como dijo Frank, era un largo camino, pero entre ellos pudieron hacerlo más ameno, pues eso pasaba cuando estabas con la persona que querías.

-Llegaremos entrada la noche –Informó Frank-, pasaremos la noche allá y mañana regresaremos.

-De acuerdo –Asintió, confiado de que Frank sabía lo que hacía.