Capítulo 55

1.1K 162 87
                                    

La puerta de la pequeña casa se abrió de golpe y se cerró de mismo modo, pero eso era lo de menos para los amantes que acababan de ingresar prácticamente devorando sus bocas. Más que tomarlo de la cintura, Frank apretujaba el cuerpo de Alex contra el suyo, deslizando sus manos por la espalda del menor. Y de igual modo, Alex se dedicaba a despeinar a Frank, y a evitar que se separara. Ambos querían tenerse lo más cerca posible. Con cada roce que tenían soltaban suaves suspiros contra los labios del otro. Frank empujaba a Alex, haciéndolo retroceder hasta estar de pie junto a la cama. Bajó con decisión una de sus manos, pasando por el trasero del menor, hasta llegar a su pierna, la cual tomó para subirla hasta su cadera. Fue por esa razón que Alex perdió el equilibrio y, llevándose a Frank consigo, ambos cayeron en la cama. Se separaron un segundo para mirarse, ambos tenían la respiración agitada y los labios hinchados. Frank bajó la mirada al cuello de Alex y no dudó un solo segundo en atacarlo en ese lugar. Alex, con una mano sobre la espalda de Frank y la otra sobre su cabello, comenzó a soltar leves jadeos y gemidos. Fue cuando, de a poco, comenzó a sentirse incómodo.

-Frank –Dijo en medio de un suspiro, pero él seguía dejando besos y mordidas en su cuello-, Frank espera.

Frank de inmediato se separó lo suficiente como para poder ver bien el rostro de Alex, había pasado un largo tiempo desde que no lo veía tan sonrojado. Y esta vez no era como cuando se tocaron el uno al otro, esta vez estaba asustado de verdad.

-¿Estás bien? –Preguntó preocupado, aún con la respiración algo agitada. Alex se una mano a los ojos.

-Como lo siento Frank, no puedo –Frank no pudo hacer más que sonreírle compasivo.

-Tranquilo –Dijo, quitándose de encima del menor y tomándolo de las manos para que pudiese sentarse- Perdóname a mí, por ir muy rápido.

Alex no respondió, todo lo que hacía era intentar regular su respiración. Fue cuando un pequeño recuerdo azotó la mente de Frank.

-Yo tenía que ir con los chicos ahora –Alex asintió con la cabeza-, quédate aquí ¿Sí? Ahora vuelvo.

Alex volvió a asentir, Frank sonrió y besó la frente del menor, dejando una suave caricia en su cabello. Frank recorrió el tramo que había desde su casa a la de Grefg en silencio. Si iba a pasar la noche allí debía hablar seriamente con los chicos.

-Se te hizo un poco tarde ¿No? –Dijo Robleis sonriendo pícaro cuando Frank entró.

-¿Ocupado? –Preguntó Grefg, con la misma sonrisa.

-Callaos ya –Exclamó Frank, sin reír ni un poco.

-Grefg nos contó que trajiste a tu Alexby –Dijo Vicente, sonriendo también.

-Que os calléis he dicho, tengo que hablar con ustedes –Dijo muy serio, asustando un poco a los chicos. No era recurrente ver a Frank serio-. Lo traje porque estaba desanimado, quería llevarlo a algún lado fuera de casa, pero no quiero que metáis la pata.

-¿Él no lo sabe? –Preguntó Agustín.

-¡Por supuesto que no! Y no quiero que lo sepa aún... pasaremos la noche aquí y también la mañana, por favor no le digáis mucho, no le llaméis Alexby, sólo Alex, y a mí llamadme Frank.

-¿Llamarte Frank? ¿Qué fue lo que le dijiste a ese pobre chico? –Preguntó Tarifa, trastornado.

-Lo suficiente.

-No sé si quiero ser parte de esto –Dijo Ampeterby, comenzando a inquietarse-, esto que estás haciendo puede ser algo muy grave.

-No lo será si todo sale bien y si él no se entera, así que por favor no os vayáis de boca –Frank frunció el ceño-, porque si esto se arruina por la culpa de alguno de ustedes les prometo que vais a tener miedo de salir de vuestras casas.

-No te preocupes Frank –Dijo Grefg decidido-, yo me encargaré de que ninguno de los chicos meta la pata.

-Más les vale, comportaos ¿Entendido?

Los chicos asintieron, se quedaron intranquilos viendo cómo Frank se iba de la casa de Grefg.

-Está totalmente loco... -Murmuró Agustín.

-No me sorprende –Reflexionó Grefg-, es el chico el que lo tiene así.

Al llegar a su casa Frank notó que Alex ya estaba acomodado en la cama, somnoliento mas no dormido. A pesar de que la cama es de una plaza, Frank no dudó en meterse a la cama y abrazar a su pequeño por la espalda.

-Ya volviste –Sonrió Alex. Hablando con pereza.

-Sí, mi pequeñito –Dijo suavemente, besando su hombro-, duerme, mañana tenemos que volver.

Alex no respondió, sólo se acomodó un poco en la cama y entre los brazos de Frank e intentó dormir.

Forastero | Staxxby en KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora