Los rayos del sol apenas salían, ni Rubius ni Vegetta pudieron dormir bien, pues Lolito y Mangel habían llegado a Karmaland ya bien entrada la noche, restando aún más tiempo lo que tardaron en preparar sus mochilas con lo necesario para subsistir. De igual modo ahí estaban, listos para lo que viniese, eran los últimos exploradores, lo que cargaba en sus hombros el peso de ser la última oportunidad de encontrar a Alex. Si ellos fallaban, no habría más expediciones y el caso se cerraría, dando a Alex por muerto.
Ellos eran la última esperanza del pueblo, por eso ahora los aldeanos se acercaban a desearles aún más suerte que a los anteriores exploradores. Incluso hasta el punto en que Rubius comenzaba a ponerse nervioso, tenía miedo de no encontrar a Alex y decepcionar a todos. Vegetta lo notó, y puso su mano sobre su hombro, compasivo.
-Tranquilo, lo lograremos –Le dijo con una sonrisa. Fue lo único que pudo decirle antes de que otra persona llegara a desearle suerte.
Una de las muchas personas que se acercó a Vegetta fue Willy, lo que lo sorprendió. Willy le regaló una pequeña sonrisa, él respondió igual, al menos hasta que notó que unos pasos atrás de Willy estaba Fargan con cara de pocos amigos, sólo supervisando que Vegetta no la cagara de nuevo.
Willy ya no estaba molesto con Vegetta, de hecho se había acercado a desearle la mejor suerte del mundo. Todo gracias a Fargan, luego de que ambos saliesen del ayuntamiento Fargan tuvo que tranquilizar a Willy, darle la calma que necesitaba y, haciéndole el favor a Vegetta, lo convenció de que Vegetta sólo estaba planteando posibilidades, pero que él estaba tan seguro como ellos de que encontrarían a Alex.
-Ojalá que todo salga bien, y que logren encontrarlo –Dijo Willy.
-Él está bien Willy, lo traeremos de vuelta –Le respondió Vegetta, transmitiéndole calma a Willy.
-Sé que lo harán –Sonrió.
Vegetta también sonrió, y no dudó en rodear a Willy con sus brazos, él correspondió cerrando los ojos y apretando con fuerza el cuerpo del mayor.
-Lo encontraremos –Susurró Vegetta.
-Cuídate mucho –Respondió Willy del mismo modo.
-Vegetta –Llamó Rubius. Willy soltó a Vegetta rápidamente, pero Vegetta no tenía prisa-, tenemos que irnos.
-Nos vemos Willy –Sonrió, dejando una pequeña caricia en la mejilla de Willy, para luego subir a su caballo.
Avanzaron rápido el primer tramo. Vegetta era un buen estratega, sabía que en el camino desde Karmaland hasta el río no encontrarían nada, pues todo lo que pudiese haber estado allí, sus amigos probablemente ya lo hubiesen tomado, por lo que su objetivo era llegar al río lo antes posible. Luego de avanzar un buen rato, Rubius habló.
-Te vi muy pegado a Willy –Dijo Rubius, luego de alejarse bastante de la aldea.
-Vino a desearnos suerte, somos la última cordada y él tiene miedo, sabes lo frágil que es él, necesitaba apoyo.
-Lo sé... pero también sé que él te quiere recuperar.
-Rubén, ya hablamos de esto.
-Ya tío, pero aún así.
-Por favor, sólo ten tacto, no puedo sólo apartarlo de mí, no quiero herirlo.
Rubius suspiró, siempre había una constante pelea entre él y Willy por Vegetta, y si bien lo había elegido a él, no era capaz de despegarse de Willy, pero él sabía que era porque Vegetta tenía un enorme corazón, no es capaz de alejar a Willy, pues él lo conoce más que nadie, y sabe lo sensible que es. Como él dijo no quiere herirlo.
Cerraron el tema, no querían desembocar en otra pelea con respecto a eso. Siguieron avanzando a paso rápido, tenían prisa, pues la cordada de Willy y Fargan y la de Lolito y Mangel llegaron bastante lejos, ellos tenía el deber de superarlo. Por eso, llegaron al río en tiempo récord.
Rubius cruzó volando en su chocobo y Vegetta siguió al pie de la letra las instrucciones que le había dado Mangel y, si bien, Vicente se asustó un poco, al final logró cruzar.
Pero apenas cruzaron oyeron algo, ambos se quedaron quietos, mirando a todos lados. El bosque era un lugar silencioso, donde lo que más sonaba eran las hojas y ramas de los árboles, pero había un sonido diferente, fuera de lugar. Pasos.
-¡Allá! –Dijo Rubius, apuntando a una silueta negra, irreconocible por su lejanía y por una fina capa de niebla que bajó esa mañana.
-Es una persona –Dijo Vegetta, intentando inútilmente ver con más claridad-, tal vez sepa algo de Alex.
-¡Hey! –Gritó Rubius- ¡Ven, amigo!
Ambos quedaron perplejos al ver que la silueta volteó a verlos y de inmediato corrió lejos, no dudaron ni un segundo en montarse en sus animales y correr tras aquella persona. Pues de primeras creyeron que tal vez sabría algo de Alex, pero su reacción les trajo la sospecha de que tal vez sepa algo más, de otro modo ¿Por qué huiría?
Notaron que se detuvo tras un árbol y que sacó una destellante hacha, estaba afilada, se notaba por la rapidez con la que talaba aquel árbol.
Vegetta soltó las riendas de Vicente, que siguió corriendo, y sacó su arco. Algo ocultaba esa persona. Pero no tardó en entender porqué aquel ente se detuvo a talar ese alto árbol. Apenas tuvo tiempo de tomar de nuevo las riendas de Vicente y de esquivar la caída del tronco.
Pero Rubius no tuvo la misma suerte, él iba volando en su chocobo algunos metros tras Vegetta, esquivando los árboles, pero no contaba con que uno de esos árboles caería hacia ellos. El tronco del árbol golpeó a su chocobo, matándolo al instante, y él cayó los metros de altura que llevaba. Tuvo una dura caída, pero tuvo suerte de que no cayó en el camino del tronco, pues hubiese tenido el mismo destino que su chocobo.
-¡Doblas! –Exclamó Vegetta.
La persona ya había desaparecido, aquel había sido un movimiento muy astuto, pues le había dado el tiempo suficiente para huir. En vista de eso, Vegetta corrió a ver a Rubius. Estaba aún tirado en el suelo, pero no parecía tener ninguna articulación fracturada.
-Doblas –Llamó, girando su cuerpo, poniéndolo boca arriba.
-Sí... estoy bien –Dijo en un adolorido suspiro, con sus ojos cerrados.
-¿Estás seguro?
-Creo que... –Abrió sus ojos y tocó su cuerpo con temor de encontrar alguna luxación o fractura, pues estaba adolorido, pero no tenía nada demasiado grave- sí, estoy bien, no es nada grave... pero mi chocobo murió... de nuevo.
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Forastero | Staxxby en Karmaland
FanficTodos viven felices en la comodidad del pueblo de Karmaland, cada habitante convive plenamente con sus vecinos bajo la protección de los dioses, claro que con algunas travesuras de por medio pero sin problema alguno a final de cuentas. Todos prosper...