Cinco meses llevaban, todos se turnaban, iba una comisión de cuatro personas cada salida, a veces dirigido por Luzu, a veces por Fargan, y a veces por el mismo Willy. Tal como Frank lo afirmó, Alex se ponía contento cuando sus amigos lo iban a visitar, pues sabía que estaban haciendo algo ilegal con tal de verlo y pasar un rato con él.
Pero aquello no iba a durar eternamente.
Aquella noche se reunieron uno por uno como siempre en la frontera; Luzu, Rubius, Auron y Mangel. Creyeron que sería como cada excursión, pero esta vez algo sucedió. Rubius estaba llenando su mochila de suministros, ya se le hacía tarde, la puntualidad no era su mayor virtud. Cerró su mochila, se la colgó al hombro, y salió de su casa. Sí, él tampoco notó el error en ese momento, sino hasta cuando ya estaba reunido con todos, sólo ahí recordó que la puerta de su casa había quedado abierta, lo mencionó en el grupo y al principio parecía algo absurdo y sin importancia, pero Luzu reaccionó sensato.
-Puede levantar sospechas, nadie deja sus puertas abiertas mucho menos de noche.
-No creo que nadie la note hombre, vámonos ya.
-Ve a cerrarla –Dijo serio Auron-, no podemos arriesgarnos.
-Venga ya, otro exagerado.
-Rubiuh, que no entiendeh tío –Comentó Mangel.
-Que nos vayamos ya coño, nadie se va a dar cuenta –Insistió, comenzando a caminar hacia el bosque.
Los otros tres chicos estaban molestos con Rubius y algo paranoicos, pero decidieron tranquilizarse, Rubius vivía apartado de todos, era menos probable que a él lo notaran que a otros integrantes
Pero claro que no iba a pasar desapercibido.
Vegetta había decidido ir a visitar a su compañero, pues lo había notado extraño en las últimas semanas, más de lo normal. Estaba somnoliento, tenía ojeras como si no durmiera en toda la noche, aunque ahora que lo pensaba, aquello también le estaba sucediendo a Willy, y a Luzu, y a Fargan... y a todos en realidad, en los últimos meses era recurrente que todos los integrantes de Karmaland pareciesen agotados y se levantasen tarde, como si hubiesen estado ocupados toda la noche.
Ahora se dirigía a casa de Rubius a hacerle algo de compañía y ver si podía ayudarlo a dormir, él siempre había tenido problemas para dormir, era probable que se la pasara toda la noche ocupando sus impresoras ilegales o haciendo alguna otra tontería y por eso no dormía. Sin embargo, al llegar de inmediato llamó su atención que Rubius se había dejado la puerta abierta. Negó con la cabeza, no le sorprendía que se le hubiese olvidado cerrarla. Entró sin más, esperando encontrarlo frente a su ordenador o haciendo cualquier cosa extraña pero en la casa no había una sola luz encendida, no se escuchaba un solo ruido y no había un solo ente.
-¿Doblas? –Llamó, pero era inútil. La casa estaba vacía.
Se extrañó mucho que Rubius no estuviese pero que sí estuviesen sus animales de transporte, algo andaba mal. Decidió volver a su casa a dormir, quizás qué maldad estará haciendo su compañero.
Pero no pudo dormir bien, se despertó en la madrugada aún sintiendo que algo andaba mal con Rubius. Así que decidió salir de la cama e ir a dar una vuelta, tal vez Rubius esté por ahí.
Y no sólo lo encontró a él, lo vio llegar desde el bosque, desde fuera de las fronteras, con otras tres personas.
-¿¡Qué creéis que estáis haciendo!? –Exclamó acercándose al grupo.
-¡Vegetta! –Exclamó Luzu, espantando.
-¡Vegetta, puedo explicarlo! –Intentó decir Rubius.
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Forastero | Staxxby en Karmaland
FanfictionTodos viven felices en la comodidad del pueblo de Karmaland, cada habitante convive plenamente con sus vecinos bajo la protección de los dioses, claro que con algunas travesuras de por medio pero sin problema alguno a final de cuentas. Todos prosper...