Capítulo 32

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-Lo siento –Dijo en voz baja, Frank levantó la mirada sin dejar de curar sus magulladuras-, no debí haber salido, creí que Jimmy estaba cerca y que ésta vez lo encontraría.

Frank suspiró- Alex, estoy tratando de cuidarte, no sabes lo que hay ahí fuera y tampoco quiero que lo sepas –Terminó con las heridas de sus piernas y subió al torso y brazos-, pero avísame cuando quieras salir y yo puedo acompañarte, seguirte el paso y cuidarte.

-De acuerdo, puedo avisarte.

-Creí que ya no querías estar aquí –Dijo en un tono más tristón-, creí que te habías largado porque quizás te habías asustado con lo que te dije ayer.

-No, no, para nada –Dijo algo apresurado-, sólo vi unas plumas de Jimmy, en realidad sí me gusta estar contigo... -Dijo, bajando un poco el volumen en la última frase y sonrojándose levemente.

Frank sonrió levemente ante la afirmación de Alex, le daba mucho gusto saber que el chico de sus sueños no había querido huir en realidad y que le gustaba pasar el tiempo con él.

-¿Ah sí? –Dijo con su tono más habitual, terminando de curar sus heridas en el torso.

-Sí... -Respondió algo tímido, e iba a continuar hablando, pero Frank había tomando su rostro con delicadeza entre sus manos.

Como si nada, Frank trató el moretón en el rostro del menor, notando cómo lentamente el sonrojo de este se incrementaba.

-A mí también me gusta estar contigo, Alex.

Alex sólo miró a Frank, se sentía diferente, sentía un ambiente más tranquilo que otras veces, claro que estaba nervioso, pero aún así se sentía pleno. Ni siquiera se había dado cuenta del momento en el que Frank se había acercado tanto, pero, pese a que sus mejillas estuviesen sonrojadas y que sintiese aquella extraña sensación en el estómago, se sentía tranquilo, incluso tenía una pequeña sonrisa en sus labios cuando bajó la mirada hacia los del mayor, Frank notó eso, se sorprendió gratamente, no quería echar el momento a perder. Bajó su mirada a los labios de Alex y retiró sus manos, sólo dejó una en la perilla del menor y sonrió.

-¿Qué esperas? –Murmuró Alex, coqueto.

Frank quiso reír, pero no perdería la oportunidad, Alex le había dado su permiso por fin. Rápidamente lanzó el pañuelo con el que estaba tratando las heridas de Alex a quién sabe qué parte y ubicó aquella mano en la cintura ajena, para acercar el cuerpo de Alex al suyo y unió sus labios con los de Alex.

Ambos sintieron cómo todo a su alrededor desaparecía. Alex no tardó en rodear el cuello del mayor con sus brazos, y Frank finalmente ubicó ambas manos en la cintura de Alex. Movieron sus labios con lentitud y cariño, ninguno de los dos se había sentido tan dichoso que como en ese momento. Frank no tardó en introducir su lengua con decisión entre los labios del Alex, quien correspondió sin duda.

Sólo se besaron como si hubiesen esperado toda su vida aquel específico beso.

Forastero | Staxxby en KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora