Capítulo L. Soledad

135 7 3
                                    

Capítulo L. Soledad
Un mes después…
Narra Kirishima
—ha pasado un mes desde que Takafumi se fue. Aún no he podido dar con su paradero. Comienzo a preocuparme. En su estado, puede ser víctima de algún ladrón, o peor aún, de un violador. Dios mío, por favor, ayúdame a encontrarlo.
Llegué a un hotel, que no se veía tan lujoso, pero tampoco se veía tan malo, así que decidí entrar. Una persona me atendió y me dio una habitación, así que subí por el elevador y llegué al piso donde estaba mi habitación. Abrí la puerta, pero en el camino, algo logró captar mi atención: se trataba de Takafumi. Está sentado en la entrada de una habitación. Se ve triste y decaído. Estuve a punto de acercarme a ayudarlo, pero un tipo fue más rápido y se aproximó a él. ¿Quién demonios es este sujeto? Tal parece que Yokozawa encontró un remplazo muy rápido. Como sea, no le di importancia y entré a mi habitación. Después podría arreglar las cosas con MI Takafumi. Me metí a mi habitación, acomodé mis cosas y me di un baño rápido. Quiero descansar lo mayor posible, ya que estos meses fueron muy complicados.
Me acosté en la cama y me tapé con mi cobija, cerré los ojos, y a los pocos minutos ya estaba profundamente dormido. Mañana será otro día.
***
A la mañana siguiente me desperté muy temprano, salí a caminar un rato y después regresé para ir al bar del hotel, y ahí pude ver nuevamente a Yokozawa. Me pareció extraño verlo solo, pero no me acerqué. Quiero ver qué es lo que va a hacer. Me quedé cerca, hasta que pude ver cuando alguien se acercó y se sentó donde él estaba. También me di cuenta de que ese sujeto lo tiene tomado de la mano. No aguanté más y fue como me acerqué a ambos. El primero en darse cuenta fue el sujeto que lo acompañaba.
—oh, ¿se te ofrece algo?—me preguntó. No le respondí.
—veo que encontraste un remplazo demasiado rápido—me dirigí hacia Takafumi. Pude percibir que se puso nervioso. Se dio la vuelta y al fin pude verlo.
—¿qué es lo que estás haciendo aquí?—me miró de manera despectiva.
—¿quién es él, amor?—escuché a ese imbécil decirle amor a MI Takafumi.
—no es nada importante. Es mi exnovio. Hace un mes que terminamos—cuando dijo eso, sentí como mi corazón se partió en dos.
—perdón, pero si no mal recuerdo, te fuiste y dejaste una ridícula carta. Ni siquiera tuviste el valor para decírmelo en la cara. Además, yo no recuerdo haber estado de acuerdo con ello. La decisión la tomaste por tu cuenta y me dejaste fuera completamente. ¿Qué fueron esas tonterías de que querías dejarme ser feliz? ¿No me amas? ¿Nunca me amaste? ¿No te importa lo que yo siento?—comencé a invadirlo de preguntas.
—olvidemos todo lo que pasó, ¿te parece? Espero que puedas encontrar a alguien que te ame y que te haga muy feliz. Eso es lo único que deseo para ti—por primera vez me miró a los ojos. Se ve tan cambiado, más bien, se ve como la primera vez que lo vi. Con esa mirada tan seria y bien vestido. Al parecer, es el mismo de antes.
—¿cómo me pides algo así? ¿Tienes idea de lo mucho que me lastimas al decir esas palabras?
—lo siento, pero no quiero que volvamos. Como te acabas de dar cuenta, estoy saliendo con alguien—señaló a la persona que tenía frente a él, sentado en la mesa. Es un hombre alto, de cabellos castaño oscuro y anteojos.
—muy bien, al parecer estás muy feliz con tu nueva pareja. No puedo creer que de nuevo estés lastimándome. Me prometiste que jamás volverías a herirme como lo hiciste hace años. Ya veo que las personas como tú nunca cambian. Como sea, espero que te la pases muy bien con tu nuevo novio y sean felices—me alejé del lugar lo más rápido posible. Iba tan perdido, que no me di cuenta cuando frente a mí venía un chico, ambos chocamos y caímos al suelo. Vaya escena más vergonzosa, el sujeto terminó sobre mí. Me miraba apenado, sus mejillas estaban rojas de la vergüenza, pero sus ojos eran hermosos. Me quedé mirándolo un buen rato, hasta que habló.
—l-lo siento. N-no sabía por dónde iba. ¿Te hiciste daño?—me preguntó el sujeto. Se levantó y me ayudó a mí a levantarme. Me miraba apenado y bajaba de vez en cuando la vista. Se ve tan adorable.
—no te preocupes. Fue un accidente. No tienes por qué disculparte. Por cierto, me llamo Kirishima Zen—le extendí mi mano derecha para saludarlo.
—es un placer, mi nombre es Ijuuin Kyo. Lamento mucho lo de hace un rato. No sabía por dónde iba—volvió a disculparse.
—no te preocupes, no te disculpes más. Pero ¿por qué te ves tan triste? ¿Hay algo en lo que yo pueda ayudarte?—le pregunté con amabilidad.
—sí, acabo de romper con mi pareja. Descubrí que él me era infiel—bajó la mirada y comenzó a llorar.
—oh, vamos, no puede ser tan malo. Mejor vayamos a otro lugar para que me platiques mejor lo que te pasó, ¿te parece?—él asintió y ambos nos dirigimos hacia una de las mesas del lugar. Al parecer, he encontrado un nuevo amigo.

Clase baja, clase altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora