Capítulo VI. ¿Amigos... o algo más?

273 22 18
                                    

Capítulo VI. ¿Amigos… o algo más?
Desde ese día en que Kirishima se encontró con Hatori y Yokozawa, estos comenzaron a hablarme más seguido, a veces iban a platicar con él mientras estudiaba o le hacían compañía a la hora del almuerzo. Este se sentía en ocasiones un poco incómodo debido a que esos dos eran tipos con dinero, mientras que él… bueno, no podía quejarse en absoluto. Sus papás hacían lo posible para que él pudiera estudiar en una universidad como aquella. No podía defraudarlos por nada del mundo. Aunque, a raíz de todos esos acontecimientos, en su corazón comenzaban a surgir sentimientos, grandes sentimientos. No sabía bien de qué se trataba, pero entendía más o menos lo que le ocurría.
—¿estaré enamorado?—se preguntó a sí mismo.
—hola, Zen. ¿Por qué estás aquí tú solo? Ven conmigo—se acercó a saludarlo un chico peli azul.
—h-hola. Solamente estaba tratando de concentrarme un poco. Mañana tengo un examen y debo estudiar—respondió con nerviosismo. ¿Por qué demonios era que se ponía tan nervioso a su lado?
—bueno, espero que puedas estudiar. Cuando termines, quiero vayas a buscarme a la biblioteca, ¿de acuerdo?—el castaño asintió. Dicho esto, el peli azul se fue y dejó al castaño tratando de concentrarse en sus estudios.
***
Pasó poco menos de una hora y finalmente Zen terminó de estudiar, por lo que fue a buscar a Yokozawa al lugar que este le había indicado. Cuando entró a la biblioteca, se distrajo un poco con los libros y finalmente lo encontró sentado en una de las mesas de hasta el fondo. Estaba durmiendo. Se sentó a su lado y simplemente lo observó.
—¿qué son estos sentimientos? ¿Por qué me siento así cada vez que te miro? ¿Será que…?—sus pensamientos se vieron interrumpidos al darse cuenta de que el peli azul hace tiempo que se había despertado y ahora lo miraba fijamente.
—¿qué pasa?—preguntó el castaño al sentir la mirada del menor clavada en su propia mirada.
—¿desde hace cuánto tiempo que estás ahí? ¿Y por qué no me despertaste?
—lo siento. Pensé que te molestarías si lo hacía. Además, te veías cansado. Preferí dejarte descansar.
—qué lindo de tu parte, en serio. Alcance a escuchar un poco de lo que dijiste.
—¿ah sí?—preguntó con nerviosismo—. ¿Qué fue lo que escuchaste exactamente?
—creí haber oído que te sientes extraño cuando estás cerca de mí ¿A qué te referías con eso? ¿No te agrada mi compañía?—pregunto con la mirada baja.
—no, no es por eso. A lo que me refiero es que, desde hace algunos días me he sentido muy extraño. Aún no entiendo muy bien lo qué es, pero creo que estoy enamorado de ti—expresó el castaño avergonzado. Yokozawa se quedó boquiabierto al escuchar la confesión del otro chico.
—¿en serio? No puedo creerlo. Pero ¿cómo estás tan seguro?—preguntó incrédulo.
—no lo sé exactamente, pero estoy seguro de que lo que siento es… amor—respondió con aún más vergüenza.
—de hecho, a mí me pasa lo mismo—Zen lo miro incrédulo—. Desde hace unos días no puedo dejar de pensar en ti. De lo que yo estoy seguro es de que siento algo muy especial por ti. Ya era hora de que te lo dijera—expresó con alivio. Kirishima lo miró con incredulidad, nerviosismo, ilusión. Todas sus emociones estaban vueltas locas dentro de su ser. Su corazón latía como loco y sus ojos brillaban de alegría.
—¿en serio? Jamás pensé que la persona más popular e importante en esta escuela se fijaría en mí. Me siento muy feliz de que correspondas mis sentimientos—expresó con alegría y sinceridad.
—quisiera poder conocerte mejor. Me agradaría mucho que me contaras acerca de ti, de tu vida. Quiero saber más de la persona que me gusta.
—me encantaría. Pero justo ahora tengo que ir a mi siguiente clase. Espero que podamos vernos mañana—finalizó con una gran sonrisa y se reincorporo de su sitio.
—nos vemos mañana. Espero que te vaya muy bien en tu examen—se despidió también con una sonrisa. El castaño se fue del lugar y cuando se alejo lo suficiente, desvaneció por completo aquella sonrisa. Odiaba tener que sonreír.
—ah, ya se fue ese idiota. Qué alivio, detesto tener que sonreír. Pero al menos ya te tengo en mis manos—expresó con una sonrisa macabra.

¿Qué pasará con nuestro pobre Kirishima? ¿Podrá darse cuenta de los planes de Yokozawa? Yo no sé ustedes, pero lo estoy odiando mucho.

Clase baja, clase altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora