Capítulo XI. Recapitulando

219 20 10
                                    

Capítulo XI. Recapitulando
Unas cuantas horas antes…
Kirishima Zen llegó tranquilamente hasta su salón de clases. Era la primera hora del día y llegaba muy emocionado para poder ver a su novio. Cuando llegó al salón, vio una escena que le rompería el corazón en miles de pedazos. Su novio estaba muy entretenido con otro hombre. No lo alcanzaba a ver, pero vio una cabellera castaña oscura. ¿Podría ser… Hatori? No le interesaba quién era ni mucho menos quedarse a averiguar. Lo único que quería era irse. Salió corriendo del salón y se dirigió hacia lo más alejado de la institución. Lo que menos quería era hablar con alguien. En esos momentos estaba destrozado.
***
Mientras tanto, dentro del salón…
—bien hecho, Tori. Ese tonto ha caído completamente. Ahora debo ir a hablar con él para tratar de «explicarle» las cosas. Ja, pobre tonto—se burló un descarado Yokozawa y salió del salón para buscar a su amado novio. Lo buscó durante un rato, pero la escuela era demasiado grande y tenía que caminar bastante. Llegó finalmente hasta las áreas de más pasto y árboles. Ahí, encontró a su novio con Masamune. ¿Por qué demonios esos dos hablaban con tanta naturalidad? ¿Y por qué estaba tan pegado uno del otro? ¿Desde cuándo se llevaban bien?
—¿por qué estoy diciendo estas tonterías? ¿Acaso estoy celoso? ¡Claro que no! Yo no estoy enamorado de ese sujeto, es inferior a mí—trato de autoconvencerse. Se escondió un poco detrás de un árbol y pudo escuchar mejor la conversación ajena. Cuando ambos se separaron, siguió a Masamune. Con Zen podría hablar luego.
—¡Masamune!—exclamó el peli azul. Su amigo se detuvo y lo miró.
—hola. ¿Dónde estabas? No te vi hace rato. Supuse que estarías ocupado.
—no, no estaba ocupado. Más bien, estaba cansado. Como sea, ¿de qué estabas hablando con Zen?
—de nada. Esas cosas no te incumben. Además, tú solamente lo quieres para jugar con él, ¿no es así? No debería interesarte lo que él haga con otras personas—hablo en tono serio.
—¿de qué demonios estás hablando? Tú no sabes nada. ¿Y ahora por qué de la nada te pones en mi contra?
—porque me he dado cuenta de que Zen realmente está enamorado de ti y tú sólo lo haces sufrir. No quiero seguir formando parte de este estúpido plan. Espero que algún día no te arrepientas de todo lo que estás haciendo, porque te pesará. Quiero hacer algo más con mi vida. Además, la única persona que me interesaba me fue infiel. Pensé que era más importante para esa persona, pero veo que no fue así. Me gustaría que alguna vez alguien me ame—dijo Masamune.
—haz lo que se te dé la gana. No te necesito para nada—se dio la vuelta y se alejó tan rápido como pudo. Tenía que encontrar al castaño.
***
Takafumi caminó durante bastante rato hasta que al fin encontró a su castaño. Estaba en la biblioteca y leía un libro. Este, al verlo, se pudo serio y comenzó a meter todas sus cosas a su mochila. No tenía ni un poco de ganas de hablar con el peli azul. Takafumi rápido caminó hacia él y lo detuvo antes de que se fuera.
—Zen, espera—logró detenerlo por el brazo. Este ni siquiera lo miró y trató de soltarse de su agarre.
—¿qué es lo que quieres?—le preguntó de mala manera.
—estoy seguro de que viste lo de hace un momento. Te voy a explicar lo que pasó en realidad…
—no me interesa saber nada de lo que me tengas que decir. Me doy cuenta de que nada de lo que vivimos te importó. Ya decía yo que un tipo como tú jamás se fijaría en alguien como yo. Un rico y un pobre jamás podrían estar juntos. Me voy, jamás volverás a verme, ¿de acuerdo?
—no, jamás te voy a dejar ir. No es como tú estás pensando. Fue un error lo que ocurrió…
—¿ah sí? No me digas. ¿En serio piensas que soy un idiota? No pienso creerte ni una sola palabra. Ahora déjame en paz—logró soltarse del agarre del peli azul.
—no, amor. Déjame explicarte lo que pasó. Mira, fue Hatori quien se acercó a mí. Yo solamente lo alejé. Me confesó que le gusto, pero yo no puedo corresponderle. Por favor, créeme. Te estoy diciendo la verdad—le suplicó.
Zen lo miraba con cierta distancia, analizando todos sus gestos para saber si estaba diciendo la verdad.
—de acuerdo. Te creo. Pero quiero que me prometas que estás diciendo la verdad—lo miró serio.
—te lo prometo—lo miró con una ligera sonrisa y se acercó a abrazarlo…

¿Qué piensan acerca de lo que dijo Masamune? ¿Será que realmente está arrepentido? ¿Y quién será la persona de la que está enamorado?

Clase baja, clase altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora