Capítulo XXV. Perdón

201 15 12
                                    

Capítulo XXV. Perdón
-yo creo, cien por ciento, que eres un idiota. Pero bueno, no te culpo por ser de esa manera. Los de tu clase siempre son así: idiotas-expresó Kirishima con desprecio y dejó que los médicos atendieran a Takafumi.
Pasó cerca de una hora, en la que Zen no se fue del hospital ni por un segundo. Quería saber la condición en la que se encontraba el estúpido de Takafumi. Mientras esperaba, por la puerta, entró un chico azabache. Era Masamune, quien al verlo se sorprendió, pero también se avergonzó. Agachó la mirada y trató de pensar en otra cosa. Su rostro reflejaba dolor y sin querer, derramó una pequeña lágrima. Limpió esta rápidamente y desvío la mirada cuando esta se cruzó con la del castaño.
-está bien si él no quiere verme. Sé que estuvo mal lo que hice, pero espero, sinceramente, que él haya terminado con Yokozawa de una vez por todas-no pudo aguantar por más tiempo y decidió entonces levantarse de su asiento y alejarse un poco de este. Salió del hospital un momento y se quedó en la entrada, aspirando el aroma que desprendía la tierra húmeda por la lluvia. A su vez, miraba la luna, que se veía muy hermosa y brillante.
-no tengo por qué sentirme así. Sé que hice lo correcto al haberle dicho la verdad a Zen, aun sabiendo que él me odiaría-murmuró para sí mismo.
-no te odio, ¿sabes?-se sobresaltó al escuchar la voz de cierto castaño. Se sorprendió, pero trató de no hacer contacto visual con él.
-no tienes por qué ocultar tus verdaderos sentimientos. No me voy a enojar si me dices que me odias.
-no, te equivocas. Bueno, debo admitir que al principio me molesté mucho, pero no te odio, puedes estar seguro de eso-se colocó al lado del azabache y recargó su cabeza sobre su hombro. Este se puso nervioso al sentir el peso de su cabeza sobre su hombro.
-lo siento-se disculpó el azabache.
-¿por qué me pides perdón?-levantó su mirada y pudo ver mejor al azabache y pudo darse cuenta de que estaba llorando.
-¿recuerdas que antes tú me habías preguntado por qué te odiaba?-el castaño asintió.
-no me digas que sí lo hacías-levantó su mirada, sorprendido. Masamune asintió, avergonzado.
-¿por qué?
-no lo sé. Simplemente lo sentía. Creí que tú eras inferior a mí y que yo era más importante que tú. Todo eso cambió cuando te conocí. Pude darme cuenta de que eres una persona maravillosa y tuve la suerte de conocerte. Realmente eres una persona tan linda. No lo digo por compromiso, te lo juro. Eres mi mejor amigo... bueno, eras. Está bien si después de esto, ya no quieres que sigamos siendo amigos. ¿Sabes? Tengo que irme y ...
-¿quién dijo que puedes irte? Entiendo que te equivocaste y quieres remediarlo. ¿Qué tiene eso de malo? Además, yo también quiero que sigas siendo mi amigo. Puedo ver que tú no eres igual a Yokozawa o a Hatori. Tú eres muy importante para mí. Siento haberte dicho todas esas cosas hace rato. Estaba enojado-el azabache asintió con una sonrisa nerviosa-. ¿Por qué no mejor me das un abrazo?-extendió sus brazos hacia el azabache y este rápidamente se acercó a él para dejarse envolver por esos cálidos brazos.
-te quiero mucho-respondió el azabache.
-yo también te quiero mucho. Por cierto, ¿qué estás haciendo en el hospital?-preguntó el castaño.
-pues... el médico me mandó hacer estudios porque últimamente he salido con la presión algo alta. También me dijo que estoy un poco bajo de peso. ¿Y tú?
-vine a ver al idiota de Yokozawa. Tuvo un accidente en su coche. Ahora lo están operando. Quiero saber qué pasa con él, por eso estoy aquí. Ya hablé con él sobre eso. Terminamos. Bueno, lo terminé.
-¿en serio? Me alegro mucho... no, no por lo que le pasó sino porque lo terminaste. Estoy cien por ciento seguro de que nada bueno saldría de esa relación. Estoy feliz de que hayas terminado con él. Bueno, ya me tengo que ir. De seguro el doctor debe estarme esperando, nos vemos después-se despidió de su amigo y le dio un beso en la mejilla. Zen también se despidió y ambos volvieron a entrar al edificio. Masamune se desvió a otro lugar y Zen volvió a sentarse en la sala de espera.
-¿por qué demonios tarda tanto? Ya me quiero ir de este lugar-finalmente, después de tanto esperar, el médico salió y se encontró directamente con Zen.
-buenas noches. ¿Eres conocido del paciente Yokozawa Takafumi?
-así es-respondió con indiferencia.
-muy bien. Pues, déjame decirte que salió muy bien de la cirugía. Ahora está en su habitación. Puedes pasar si lo deseas. Con permiso-se retiró rápidamente y dejó que el castaño entrara a la habitación.
Cuando hizo eso, encontró al peli azul, con cientos de cables, la cabeza vendada y miles de rasguños por todo el cuerpo. Estaba inconsciente y su respiración era muy agitada.
-mira cómo acabaste por culpa de tus estupideces. Veo que me alejé de ti a tiempo-mientras hablaba, escuchó al peli azul. Su respiración era muy acelerada, pero se escuchaba a la perfección lo que este decía.
-l-lo siento. Zen, perdóname...

Clase baja, clase altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora