Capítulo XXXIX. Dando a conocer la noticia

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Capítulo XXXIX. Dando a conocer la noticia
Narra Yokozawa
Ha pasado un año desde que las cosas con Zen se arreglaron. Estoy tan feliz de saber que podré compartir el resto de mi vida con el hombre que amo. Hace unos días también me he sentido un poco más cansado de lo normal, con unos cuantos mareos y también náuseas. Quiero que creer que es porque estoy esperando un bebé. Si eso es, no quiero decírselo aún a Zen. Quisiera que fuera una sorpresa. Él se pondría muy feliz.
—Takafumi, amor, sé que prometí no presionarte, pero ¿aún no tienes síntomas?—me preguntó con emoción.
—no, amor, aún no hay nada—pude ver cómo su mirada se entristeció, lo que logró que mi corazón se partiera.
—bueno, supongo que tendremos que esperar un poco más—su voz sonaba dolida. Estuve tentado a decirle que sí tenía síntomas, pero me contuve porque es un secreto aún. Lo tomé de la mano y esa mano la llevé hasta mi plano vientre.
—te prometo que pronto tendremos un niño en nuestras vidas. Seremos los mejores padres para él o ella—la mirada de Zen se volvió alegre y sonrío inmensamente. Me abrazó con todas sus fuerzas y yo correspondí su gesto. En verdad lo amo tanto. Ambos nos separamos y nos arreglamos para ir al hospital, cómo trabajamos en el mismo hospital, podemos ir juntos. Nos dirigimos al edificio donde trabajábamos y tuvimos que separarnos, Zen se fue al área de los quirófanos y yo me quedé en pediatría. En ese lugar me encontré con un gran amigo desde hace un año que trabajo en ese hospital.
—Yokozawa, llegaste antes, ¿pasó algo?—me preguntó. No sé si pueda notar mi preocupación.
—Nowaki, ¿tú sabes cuáles son los síntomas de un embarazo?
—pues, eso es fácil. En las mujeres, el primer síntoma suele ser que se les atrasa su periodo, náuseas matutinas, cansancio, mareos, en ocasiones desmayos, y creo que eso es lo más relevante. ¿Por qué? ¿Estás esperando?—me preguntó con ilusión.
—creo que sí. Desde hace algunos días he tenido los síntomas que me dijiste.
—¿y por qué no has ido a ver un médico? Estoy casi seguro de que tú estás encinta—me miró con alegría. No entiendo cómo es que puede mostrarse alegre siempre.
—¿tú crees?—asintió.
—¿aún no le dices a Zen?
—no. Él está muy ilusionado, pero primero quiero estar seguro. No me gustaría que se desilusionara. A mí también me hace mucha ilusión tener un bebé.
—pues, mira, vamos a hacer una cosa. ¿Has comido algo?—negué.
—esta mañana no pude porque me sentía mal—le expliqué.
—muy bien. Voy a mandarte con un conocido mío. Está en el área de laboratorio. Él te hará los estudios correspondientes. Adelante, voy a llenarte una forma para que vayas ahora mismo. Si todo sale bien, hoy mismo tendrás los resultados.
—muchas gracias, amigo. Eres el mejor—él me sonrió y me entregó una hoja. La tomé y salí de mi área de trabajo para ir a hacerme los estudios. Le dije a la persona encargada que iba de parte del Dr. Kusama Nowaki y me atendió muy bien y también muy rápido.
—muy bien, ya terminamos. Si es posible, hoy a las cinco tendré tus resultados—me respondió de una manera muy amable.
—muchas gracias por todo. Entonces vendré más tarde, gracias de nuevo—me despedí y volví a mi estación de trabajo. En el camino me encontré a Zen y rápidamente le di un beso en la mejilla.
—hola, mi amor. Venía para preguntarte si estás libre. ¿Quieres salir? En la mañana no desayunaste.
—estoy libre ahora. Vamos—él fue quien me tomó de la mano y ambos nos dirigimos a la salida. En ese momento, algunas personas se nos quedaron viendo y yo me sentí extraño.
—¿podrías soltarme? La gente nos está mirando—murmuré avergonzado.
—¿por qué? No tiene nada de malo que lleve de la mano a la persona que amo. ¿Te molesta que te tome de la mano?
—no, claro que no. Lo que pasa es que me avergüenza que hagas esas cosas frente a las personas—volvió a avergonzarme.
—no tienes por qué avergonzarte. No estamos haciendo nada malo. Mejor ven, salgamos—asentí y ambos caminamos hacia una pequeña cafetería que hay frente al hospital. Nos sentamos al lado de una ventana y esperamos a que alguien nos atendiera. Cuando nos trajeron lo que pedimos, empezamos a comer y también platicábamos.
—¿y cómo ha estado Masamune? No lo he visto en estos días—le pregunté a Zen.
—está bien. Ese chico se va a llenar de hijos. Hace poco me avisó que está esperando otro bebé. No puedo creerlo, a este paso va a tener como cinco hijos—pude darme cuenta de que su mirada era triste. Puedo entender el motivo.
—no te preocupes, sé que pronto nos llegará nuestro turno. No te desesperes, ¿sí?—él, que tenía su mano sobre la mesa, tomó la mía con delicadeza.
—está bien, esperaré—me sonrió. Yo también esbocé una sonrisa. Terminamos de comer, pagamos y regresamos a nuestro trabajo. Volvimos a separarnos en nuestra área de trabajo, pero antes de despedirme, le dije algo.
—hoy tal vez salga más temprano, así que te espero en la casa—le expliqué.
—está bien. Ve con cuidado. Te amo—se acercó a mí y me dio un beso en los labios, deslizándose a mi cuello. Se separó y esbozó una sonrisa.
—y-yo también te amo—me sonrojé a más no poder y me alejé de ahí lo más rápido posible. Tenía que ir a recoger mis resultados con el amigo de Nowaki. Caminé lo más rápido que pude y al fin llegué a dicho lugar.
—hola, qué bueno que llegaste. Ten, aquí están tus resultados—el sujeto me dio un sobre blanco y yo lo tomé.
—muchas gracias, con permiso—salí rápidamente de ahí y regresé con Nowaki. Estaba atendiendo a un bebé que venía a revisiones constantes por un problema en el corazón. Me acerqué a él y le pregunté si necesitaba algo, me dijo que ya había acabado y que el paciente ya se iba. Después de eso, la señora tomó a su bebé en brazos y se marchó, agradeciéndole a Nowaki por sus atenciones.
—¿qué pasó? ¿Por qué tardaste tanto? ¿Te quedaste a platicar con el doctor o qué?—se burló.
—los tengo por fin—le mostré mis resultados. Sus ojos se abrieron como platos.
—entonces, ¿qué esperas? Ábrelos ya—habló con impaciencia. Asentí y me senté en el escritorio. Abrí el sobre lo más rápido posible y comencé a leer lo que decía. Me quedé de piedra al leerlo.
—¿qué? ¿Qué pasó?—preguntó Nowaki con impaciencia—. ¿Positivo?—en ese momento levanté mi cabeza y como aún no salía de mi asombro sólo asentí. Vi a Nowaki saltar de alegría y se acercó para darme un abrazo. Cuando por fin pude asimilar mejor la noticia leí mejor los resultados y supe también cuánto tiempo tengo de gestación. Abracé mi plano vientre aún y después lo acaricié.
—estoy tan feliz. ¿Sabes? Tu papi también estará muy feliz al enterarse de que vienes en camino—lo acaricié con ternura y sonreí.
—por cierto, Nowaki, hoy me iré temprano. Quiero prepararle una sorpresa a Zen—hablé con alegría.
—está bien, ve con cuidado. Y me platicas cómo estuvo. Nos vemos—se despidió y yo tomé mis cosas para irme a casa. Llegué lo más pronto posible y me puse manos a la obra. En ese momento no me sentía para nada cansado y comencé a preparar una hermosa cena para cuando Zen regresara a casa. Hice un poco de limpieza y también me bañé y arreglé mejor. Todo estaba listo para cuando él llegara. Me senté en la sala y prendí la televisión, me entretuve un rato viéndola, pero después me aburrió. La apagué y mejor me recosté en el sillón. Me puse a ver mi celular un rato de nuevo, pero también me aburrí. Eran más de las diez y Zen no había llegado.
—¿será que aún hay mucho trabajo en el hospital?—me pregunté.
Esperé otro rato más, pero Zen no llegó. Lo mejor sería meter todo al refrigerador para que no se echara a perder. Me sentí terrible al no haberle podido decir a Zen lo de mi embarazo. Me senté en el sillón y al poco tiempo ya estaba profundamente dormido.
***
Eran aproximadamente las doce de la madrugada y un chico castaño iba llegando a su casa. Sus ojos se cerraban de forma automática y lo único que quería hacer era dormir. Abrió la puerta y dejó sus cosas sobre el sillón de la sala. Al acercarse, pudo percatarse de que el peli azul estaba sentado en la sala, durmiendo, claro. Lo que lo preocupó fue que este se veía triste, o más bien, sus ojos reflejaban que estuvo llorando. Se preocupó y se acercó a él hasta quedar de rodillas enfrente suyo. Acarició su mejilla y limpió una lágrima que descendía por esta. Poco a poco, sus ojos se fueron abriendo. Estaban un poco rojos y le costaba trabajo abrirlos.
—hola, ya llegaste, ¿cómo te fue?—preguntó el peli azul con una sonrisa.
—hola, mi amor. Estuvo tranquilo, pero lo bueno es que ya estoy aquí. ¿Qué haces aquí tan tarde? Deberíamos ir a dormir, vamos, ven—se levanto para llevar a su pareja a la cama, pero el peli azul lo tomó rápidamente de la mano.
—espera, Zen…
—¿qué pasa?—preguntó el castaño. El peli azul se quedó pensando un momento, pero decidió mejor no decir nada.
—no, olvídalo. No es nada. Mejor vamos a dormir—se levantó de su lugar y caminó hacia la habitación. Se dirigió hacia su cuarto, pero un sobre color blanco se le cayó y su novio lo tomó.
—¿qué es esto?—preguntó el castaño. El peli azul se dio la vuelta, pero ya no podía hacer nada. Zen había visto los resultados.
—¿positivo? ¿Estás esperando?—preguntó incrédulo.
—s-sí, así es—respondió avergonzado.
—¿desde cuándo?
—tengo tres semanas. Apenas hoy…—no pudo completar su oración porque el castaño había corrido hacia donde estaba él y lo abrazó.
—¿por qué no me lo dijiste en cuanto lo supiste?
—es que… quería que fuera algo así como un regalo, un regalo de mí para ti. Te lo iba a decir desde hace un rato, pero llegaste muy tarde y yo ya estaba dormido. Lo siento si te sentiste un poco excluido, pero yo…
—shh, está bien, no pasa nada. Lo importante es que seremos padres. Debemos decírselos a todos. ¿Le dirás a mi suegro?
—no lo sé. Creo que debería decírselo, de todos modos es su nieto el que viene en camino. Tal vez debería decírselo. ¿Me acompañas a verlo?
—pero claro que lo haré. Será lo antes posible—dijo el castaño. Takafumi lo miró con una resplandeciente sonrisa y lo abrazó con todas sus fuerzas.
—te amo—dijeron al mismo tiempo. Se sorprendieron, pero sonrieron.
—justamente ahora siento que mi felicidad no puede ser mayor. Mi vida está llena de felicidad y estoy seguro que nos esperan tiempos mejores…

Clase baja, clase altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora