—Entonces, me dio el anillo diciendo que era como una promesa de que cuando todo se solucione, me iba a dar uno de compromiso.
—Oh, por Dios. Podría aceptar ser madrastra de por vida con tal de tener uno así— exclama Mare.
—¡América!— la reta Anna.
—Ay, perdón. ¿Muy pronto para hacer chistes sobre eso?— dice mirándome.
—No te preocupes, Mare. Está bien— digo tranquila.
Decido que era hora de enfrentar las cosas, agarro el celular y lo prendo. Lo había apagado al salir de la casa de Felipe. Al encenderse, las notificaciones empezaron a llegar; tenía 30 llamadas perdidas de él y algunos mensajes preguntándome dónde estaba. Decido enviarle un mensaje para saber si quería verme.
"¿Aún quieres verme? Puedo ir a tu casa"
Su respuesta llega en ese mismo instante, como si hubiese estado esperando mi mensaje:
"Por favor. Déjame pasarte a buscar por de América Lincoln :D"
¿Estaba de buen humor? ¿Y cómo sabía que estaba aquí?
"Te agradezco pero tengo sesión con Carla. Después voy."
Me llega su respuesta:
"¿Segura? Ten cuidado al cruzar la calle"
Henry le había contado de nuestro pequeño encuentro y debe haber sido él el que le dijo dónde estaba.
—¿Y? ¿Cómo reaccionó?— pregunta Mare.
—Bueno, se burló de nuevo de tu nombre y me pidió venir a buscarme.
Mare puso mala cara.
—Quizás no está enojado como creías— dice Annie analizando.
—Supongo. — suspiro— Bueno, me retiro, chiquititas.
Me levanto del sillón en el que estábamos sentadas.
—Las amo, gracias por todo. Y tú,— le digo a Anna— habla con él.
Ella sonríe y asiente con la cabeza. Salgo del edificio y me pongo a caminar hacia lo de Carla. Tomo el celular y decido llamar a Henry.
—Ayuda por ayuda— le digo cuando me atiende.
—¿De qué hablas?— pregunta riendo.
—Bueno, tú me ayudaste hoy y ahora yo te ayudo a ti.
—A ver, dime.
—¿Por qué no la llamas? Hablé con ella.
—Mira, sé que tiene miedo después del estúpido ese.
—Justamente. ¿Viste lo que dijiste hoy sobre hablar las cosas con Felipe? Bueno, yo te doy el mismo consejo; habla las cosas con ella. Pacten límites.
—Está bien, voy a hacerte caso y la llamaré.
Chillé y las personas a mi alrededor me miraron raro.
—Gracias por avisarle a Felipe dónde estaba; podrías haber evitado la parte en la que casi muero, pero bueno. Ahora lo tendré paranoico por meses.
—De nada, cuñadita. Te dejo así llamo al torbellino que tienes como amiga.
—Un placer, cuñadito. Cuando quieras. Si no, podrías ir a buscarla al departamento de Mare; se iba a quedar un rato más ahí.
Corté la llamada y seguí caminando.
Iba a seguir el consejo que le acababa de dar a Henry; hablaría las cosas con Felipe hasta solucionarlas. Necesitaba empezar a disfrutar más.
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Un nuevo camino
أدب نسائيMuchas veces buscamos un nuevo comienzo, el problema es que no nos damos cuenta que, para lograrlo, debemos superar las cosas que nos llevaron a buscar ese comienzo. La necesidad de encontrar algo nuevo. Parece un juego de palabras, pero es la reali...