—¿Me puedes decir qué hablaste con mi madre, Meredith?— pregunta Felipe cuando entramos al departamento.
El enojo y el fastidio eran perceptibles en su voz.
—¿Por qué me hablas así? Yo no te hice nada.
—No te estoy hablando de ninguna forma, Meredith. Sólo no quiero más mentiras.
—Y yo no te mentí, simplemente no te lo dije ayer porque no era tan importante.
—No quiero que me ocultes cosas.
—Mira, Felipe, yo entiendo por la situación que estás pasando pero eso no te da derecho a desconfiar de mí. Yo siempre fui sincera contigo y las cosas que oculté te dije que lo hacía porque no estaba lista para hablarlas. No puedes simplemente desconfiar de cada cosa que te dirán de ahora en más. Yo no te mentí ni te oculté lo de tu madre; simplemente me pareció que decírtelo ayer, sólo iba a hacerte sentir peor. Si de algo me puedes acusar, es de querer cuidarte.
—Quiero saber que pasó— suspira.
Le conté todo lo que me había dicho su madre el día anterior.
—Estoy sorprendido— dice al final de mi relato.
—¿De qué?— pregunto confundida.
—De que no hayas salido corriendo, es lo que sueles hacer.
—¿Sabes qué?— espeté, levantándome del sillón— Estás siendo demasiado injusto conmigo. Cuando se te pase, hablamos.
—No estoy siendo injusto. ¿Dónde irás, de todos modos?
—Salgo corriendo, es mi especialidad— digo irónica y entro en el ascensor.
La brisa del incipiente otoño golpea mi cara y suspiro. Yo no merecía esto, sabía perfectamente por lo que estaba pasando pero yo no me merecía que desconfíe de mí de esa forma. Él necesitaba pasar tiempo solo por lo que volvería más tarde.
No quería estar sola así que llamé a Mare y Annie para verlas; América no contestó pero Anna me dijo que Henry no estaba así que me dirigí a su departamento. Caminé unas cuadras y llegué. Había venido en algunas oportunidades con Felipe así que sabía dónde quedaba.
Toco la puerta y Annie abre. No tengo que decir nada; ni bien me ve, me abraza y me deja llorar en sus brazos.
—Cuéntame qué pasó. Me contó Mare que ayer Victoria hizo un buen espectáculo y que en realidad no está embarazada. Bueno, lo último me lo contó Henry; pensamos que estarían bien, que estarían preparando las cosas para ir a Londres. Nunca te imaginé así.
—Felipe no está bien, ¿sabes? Él no se tomó bien toda esta situación; ayer estuvo muy mal y hoy fuimos a hablar con ella y se puso peor. Ella no era una mujer que conoció en un bar y no tenía ni un tipo de relación; ella era su mejor amiga, de toda la vida. Le duele que ella lo haya lastimado y haya traicionado su confianza de esa forma. — digo entre sollozos— Y se enojó conmigo porque tuve la dignidad de no decirle cuando él estaba mal que su madre me había increpado.
—Espera, ¿qué pasó con Lilian?— me detiene.
—Ayer me dijo, antes de saber todo esto, que me aleje de Felipe para que pueda hacerse cargo de su familia. No me pareció decírselo ayer cuando él se encontraba tan mal, tampoco se lo iba a ocultar.
—Yo te entiendo; en tu lugar hubiera hecho lo mismo. No te tienes que justificar conmigo.
—Y ahora él no confía en mí. Entonces cuando le conté lo de su madre me dice que le sorprendió que no haya salido corriendo como hago siempre.
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Un nuevo camino
ChickLitMuchas veces buscamos un nuevo comienzo, el problema es que no nos damos cuenta que, para lograrlo, debemos superar las cosas que nos llevaron a buscar ese comienzo. La necesidad de encontrar algo nuevo. Parece un juego de palabras, pero es la reali...