Capítulo 3

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Una vez que subimos al auto, me sorprendí al ver que él no iba a manejar, había un hombre de unos 50 años al volante. 

—¿Dónde te gustaría ir?— pregunta Felipe.

—Donde gustes, no tengo ninguna preferencia— dije, estaba completamente nerviosa.

—Hay un lugar de comida tradicional española, ¿te gustaría ir?— dice y automáticamente pongo cara de asco.

—Odio la comida española. — río— Busquemos algo más neutral.

—¿Qué estudia señorita Robbins?

—Psicología, estoy cursando las últimas materias.

Una sonrisa se forma en mi cara, amaba lo que estudiaba.

—¿Tiene alguna preferencia?

—Me gusta mucho infantil, creo que es impresionante ver cómo la vida de una persona está condicionada desde la concepción. Los primeros años de vida son los más importantes— respondí con pasión— ¿Sabías que si un bebé es separado de su mamá al nacer eso puede afectarle hasta los 10 años de vida?

Felipe rió y yo me avergoncé, debe pensar que soy una maniática.

—Es una persona muy apasionada, me gusta éso— dice y me sonrojo.

—Lo siento,— río— es que es algo que me gusta de verdad.

—¿Y ya sabes dónde vas a ejercer cuando termines?

Esa era la pregunta del millón, ¿qué iba a hacer cuando termine?

—Es un gran dilema; no estoy segura de querer quedarme en España, pero tampoco sé si quiero volver a mi país— respondo consternada.

—¿De dónde eres?

—De Inglaterra, ¿tú de dónde vienes?

—Mi padre era alemán, mi madre es española. Nací aquí.

—¿Nunca quisiste vivir en Alemania?

—No es lo mío.

Estaba hipnotizada por este hombre, no podía dejar de mirarlo.

—¿Por qué no te gusta España?— pregunta.

—Algunas malas experiencias que tuve— respondí sin querer profundizar en el tema.

—Bueno si decides quedarte, yo puedo ayudarte.

—Me parece que ahora me toca a mí hacer más preguntas, señor Mills. — digo coqueta— ¿A qué se dedica?

Y en ese momento estalla en carcajadas, ¿fue muy extraño lo que pregunté?

—No entiendo lo gracioso— digo ofendida.

—¿No sabes quién soy?— pregunta estupefacto.

—¿Una celebridad?— trato de adivinar.

La verdad no tenía idea, nunca lo había visto hasta hoy.

—Meredith, soy Felipe Mills— dice con obviedad.

—Meredith Robbins, un placer— digo siguiendo el juego.

No estaba entendiendo la situación.

—Soy uno de los empresarios más ricos de toda Europa, ¿no me conoces?

Me quedé estupefacta, ¿dónde me metí?

—La verdad es que no— me disculpo.

—Llegamos al lugar, vamos— dice divertido.

Un nuevo caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora