XIII

951 119 106
                                    


—¡Kisame!

—Ministro —le devolvió el saludo a Sasori mucho menos emocionado.

—¿Ocurre algo?

—No, claro que no. ¿Para qué me llamabas?

—Quería saludarte, Kisame. Vamos juntos a la reunión, te contaré en el camino algo que tengo planeado —Sasori lo haló de la túnica para que lo siguiera.

La diferencia de tamaño entre ambos ministros era casi graciosa, pues Itachi que era mucho más bajo que Kisame, era a su vez, más alto que Sasori. Por lo que el ministro de salud se veía ridículamente hilarante conduciendo a Kisame de la túnica.

—Necesitaré que me prestes ayuda para transportar un personal importante desde varios puntos del país, hasta aquí.

—¿Qué clase de personal?

—Uno importante —repitió y la expresión de Kisame cambió a confusión —. Mi tarea era devolver estabilidad y confianza al cuerpo médico del imperio. Comencé a hacerlo ayer de la manera en que Yahiko lo propuso. Pero, Deidara me sugirió una brillante idea.

—¿Deidara?

—Si, el joven doncel que... Bueno, el que estaba conmigo el día de tu boda.

—Ah, claro, él — recordó su cara de momento.

—Bueno, Deidara me sugirió manejar un grupo de personas y así hacer el trabajo más eficiente y rápido. Porque iba a tardar una semana completa con un solo tema, lo que se puede resumir a una o dos clases si estoy con todos los médicos al mismo tiempo.

—Ya veo... no es una mala idea. De hecho creo que es mejor. Así te aseguras que la información sea bien distribuida.

—Así es. De ser aprobado este sistema en el Consejo de hoy, debes planear su traslado hasta aquí hoy mismo.

—Claro, ministro, me encargaré de eso.

Cuando faltaba poco para llegar al gran salón del consejo, fueron interceptados por Kakuzu.

—Señores —saludo el ministro de economía.

—Kakuzu —Kisame saludó y desvío la mirada.

—Hola, necesito dinero— dijo Sasori, entregándole unas hojas con una gran cantidad de números escritas en ellas.

—¿Qué es esto?

—Una evaluación del presupuesto que necesitaré cuando mi proyecto sea aprobado. Ponte en eso.

El más bajo caminó adelante, dejando a los otros dos ministros en un tétrico silencio. Kisame no decía nada con respecto al tema del día anterior, y Kakuzu tampoco hablaría sobre ello.

 Kisame no decía nada con respecto al tema del día anterior, y Kakuzu tampoco hablaría sobre ello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Itachi esperaba pacientemente que Haku se hiciera presente.

Recordó aquella mirada en Kisame, su furia, su rabia. Era alguien diferente a quien había conocido todo ese tiempo, entonces se dio cuenta que no sólo había cometido un gran error, sino que no sabía cómo remediarlo.

Jaula de Oro - 𝑨𝒌𝒂𝒕𝒔𝒖𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora