—¿Qué haces aquí, Itachi? —el captor procuró no hablar demasiado alto.
Al revelar su rostro los ojos de Itachi se expandieron desmedidamente. Aquello no era un sueño, pero se pellizcó el brazo para cerciorarse.
—¡Shi-!
El que estuvo a punto de ser nombrado le tapó la boca al Uchiha con la palma de la mano.
—Sígueme, no podemos hablar aquí.
Ambos se colocaron la máscara y caminaron hacia la cabaña donde antes era la reunión. No quedaba nadie ahí, ni siquiera Kakuzu o Hidan, aunque Itachi en ese momento no pensaba en ellos. Cuando el mayor se aseguró que no había nadie en los alrededores, se encerró en una habitación con Itachi.
—Shisui —susurró el menor, con la impresión dibujada en sus ojos negros. No se contuvo para abrazar a su primo—. Pero ¿cómo? Pensé que tú...
—¡Lo sé! —admitió, devolviendo el abrazo a su consanguíneo, tan emocionado como el otro por encontrarle vivo. Sabía del ataque a Akatsuki, pero no pudo avisarle a tiempo al moreno por cuestiones de discreción, incluso llegó a pensar que no lo vería más.
—Mi madre me dijo que encontraron tu cuerpo, ahora ¡estás aquí!
—Baja la voz, niño —se separaron. Shisui parecía más serio, quizá un poco amargado, pero Itachi entendía el contexto de su reencuentro—. ¿Qué haces aquí? ¿Quién vino contigo? ¿Cómo se las arreglaron para infiltrarse aquí? Sabes que es peligroso, un movimiento en falso y estás fuera.
—Atacaron Akatsuki, eso lo sabes ¿no? Sakura trajo consigo a uno de los ministros y a un amigo mío, vinimos a recuperarlos y acabar con esta organización —la mirada de Shisui era dura, sus labios no se separaban, con intención de dejarlo hablar cuanto fuera necesario.
—¿Y bien? ¿Cuántos hombres son?
—En realidad —divagó, tratando de no causarle un infarto al azabache—... el ministro Kakuzu y Hidan, un doncel.
—Espera, ¿me estás diciendo que trajiste un hombre y un doncel? ¿Estás bien de la cabeza? —cerró los ojos, controlándose—. Debes estar bromeando, tu marido tiene todo un ejército y tú vienes con dos personas nada más. ¡Brillante! El suicidio más elaborado de la historia.
—¡No podía traerme todo el maldito ejército y decir algo como: "oh, se olvidaron de dos mil hombres en el palacio rojo"! ¡Tonto!
—No, no, no. No me refiero a eso, ¿por qué Kisame te dejó venir? Que envíe hombres especializados, no a un —se detuvo al ver la mirada furiosa en el rostro de su primo—. Lo siento, no quise ofenderte. Kisame debe protegerte, ¿cómo permite que hagas algo tan arriesgado?
—Porque confía en mí, en mis capacidades como guerrero. Como sea. ¿Cómo llegaste tú aquí?
—Un hombre, convenientemente, muy parecido a mí era capitán de este escuadrón. Lo seguí durante meses y aprendí cada detalle que pude de él; cuando fue el momento, cambiamos de lugar. Ahora él está muerto y yo soy capitán.
Itachi se pasó una mano por el rostro, comprendiendo aquello, no era una tarea difícil, pero era algo complicado de asimilar.
—Fue una coincidencia, así como que tú y tus amigos hayan caído en mi escuadrón —Shisui se encogió de hombros—. ¿Cómo es que Kisame permitió este plan? ¿Acaso él...?
—¡No! Él está bien, apoyándome en todo esto. No es un plan muy elaborado el que tenemos —desvió la mirada, Shisui la siguió encontrándose con sus ojos nuevamente—. Mira, es mejor que te ponga al corriente de todo lo que ocurrió, intentemos juntar fuerzas y...
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Jaula de Oro - 𝑨𝒌𝒂𝒕𝒔𝒖𝒌𝒊
Fiksyen PeminatUn doncel que se vendió por la paz de dos naciones. Un religioso que se niega a perder su fe. Un don nadie que vive entre lujos. Lo único que tienen en común es que coexisten en lo mítica torre roja, el palacio de gobierno de Akatsuki. Deidara anhel...
