⊱ ❝O24 | 𝑺𝒆𝒄𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐❞

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Juliette y Rosalie caminan por las desoladas calles de Port Angeles con algunas bolsas de compras en sus manos, iban hablando de diferentes cosas, sin saber que se encontraban en peligro.

—Vamos, si Edward te pide matrimonio en alguno de estos días, ¿aceptarías? —le pregunta Rosalie a la neófita con una sonrisa en su rostro.

—No lo sé —responde Juliette, algo avergonzada—. Suena increíble la idea de casarme con él, pero siento que todo está sucediendo muy rápido, le pediría un tiempo antes de tomar una decisión tan importante como esa. Tal vez, después de la Universidad y después de que arregle el problema que tengo de mi padre.

—Bueno, pero no lo negaste —asegura Rosalie con diversión.

Juliette sonríe y niega ligeramente, siguiendo su camino junto a su cuñada.

Jerome y Dean se encontraban en un auto negro rentado mirando a su alrededor con atención, no sabía exactamente en dónde estaban, pero buscaban con atención en cada una de las calles por si lograban reconocer a Juliette.

—Dean —dice Jerome al ver a dos chicas rubias caminar a lo lejos.

El mencionado detiene el auto en seco al mirar en esa dirección, analiza a las dos chicas unos cuantos segundos, hasta que una de ellas giró su rostro y le dejó ver que era su hija. Juliette Lombard.

—Julie —susurra Jerome con una radiante sonrisa en su rostro y siente un peso menos en su pecho al verla en perfecto estado.

Dean no tarda en estacionarse y se baja del auto junto a Jerome, comienzan a caminar hacia ambas rubias que caminaban hacia un auto convertible de color rojo.

Juliette pierde su sonrisa y detiene sus pasos de repente al sentir cierto aroma.

—¿Sucede algo? —pregunta Rosalie confundida al regresar a verla.

La neófita se da la vuelta y reconoce a su padre caminar hacia ella junto con Jerome, Rosalie sigue la mirada de su cuñada y mira confundida a dos hombres que se acercaban a ellas.

—¿Quiénes son? —pregunta Rosalie una vez más—. ¿Los conoces?

—Vámonos, ahora —le ordena Juliette asustada y se da la vuelta para intentar subir al auto.

La vampiresa deja las compras en la parte de atrás del convertible de Rosalie que siguió sus movimientos.

—¡Julie! —grita Jerome antes de comenzar a correr hacia ellas—. ¡Mi amor!

Rosalie se apresura a subir al auto para intentar escapar junto a Juliette, pero alguien abrió la puerta de copiloto de golpe e hizo que ambas vampiresas se asustaran.

⊱ 𝑳𝒐𝒎𝒃𝒂𝒓𝒅 𝒚 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏 - 𝑬𝒅𝒘𝒂𝒓𝒅 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏® ⊰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora