⊱ ❝O51 | 𝑪𝒐𝒏𝒗𝒆𝒓𝒔𝒂𝒓❞

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—Sabía que la destruirías —asegura Jacob al detenerse a unos cuantos pasos de Edward que dejó de caminar.

El castaño piensa sus palabras unos cuantos segundos antes de que se diera la vuelta para poder ver al moreno.

—Juliette no es completamente una inmortal —comienza a explicar Edward con seriedad—. Para poder serlo necesita que la muerdan una vez más, pero ella cree que Carlisle puede hacerlo como lo hizo conmigo y con Esme.

—¿Puede hacerlo? —pregunta Jacob confundido.

—Lo más probable es que no, y su corazón falla... —Edward no termina la oración y termina por bajar la mirada—. Jacob, necesito que hagas algo por mí.

El pelinegro sonríe con burla y pone los ojos en blanco ante esas palabras.

—Por ella —sigue hablando el vampiro, logrando que este regresara a verlo—. Puede que al principio no se hayan llevado muy bien, pero ahora ustedes tienen una conexión que yo jamás no entenderé.

Jacob asiente lentamente dándole la razón al vampiro, pero no evita sonreír recordar la primera interacción con la rubia.

—Tal vez si tú le hablaras, la convencerías... —intenta explicar Edward hasta que negó ligeramente, intentando alejar la imagen de su esposa muerta—. Solo mantenla viva.

—¿Y si no hace caso? —le pregunta Jacob con desconfianza.

—Si ella muere, harás lo que siempre quisiste —termina por responder el vampiro—. Matarme.

—Hecho —se apresura a responder Jacob antes de darse la vuelta para caminar de regreso a la casa Cullen.

Soy yo, o Jacob y Edward acordaron algo —habla Snow entre los pensamientos de Juliette.

La rubia sonríe al escuchar la voz de la platinada, pero se mantiene acariciando su vientre, Juliette baja la mirada hacia dicha zona y toca con su dedo índice dos veces, segundos después, aparece la forma de una pequeña manita que la hizo sonreír un poco más.

La embarazada levanta la mirada al encontrarse con Jacob que caminaba hacia ella, al mismo tiempo que Rosalie apareciera.

—Rose, estoy bien —asegura la rubia teniendo una mano en su vientre.

La vampiresa asiente lentamente y se da la vuelta para salir de la sala, no sin antes mirar con resentimiento a Jacob que simplemente negó.

El moreno se quita la chaqueta y se sienta enfrente de Juliette que lo miraba con atención.

—¿Edward te mandó a que hables conmigo? —pregunta divertida la embarazada.

—Más o menos, aunque no sé por qué me mandó a mí, ya que desde que nos conocemos no me has hecho caso —recuerda Jacob con diversión—. Hasta te caía mal, mujer de hielo.

⊱ 𝑳𝒐𝒎𝒃𝒂𝒓𝒅 𝒚 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏 - 𝑬𝒅𝒘𝒂𝒓𝒅 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏® ⊰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora