⊱ ❝O53 | 𝑫𝒊𝒔𝒄𝒖𝒕𝒊𝒓❞

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Con el pasar de las semanas, Seth, Jacob y Leah pudieron mantener una buena relación con los Cullen, entre los tres se turnaban para poder cuidar a Juliette que iba perdiendo fuerzas cada día y su conexión con Snow se iba debilitando.

Esa noche, Emmett se mantenía al pendiente de lo que ocurría en el bosque mientras caminaba de un lado a otro enfrente de un ventanal que dejaba mirar hacia todo este lugar.

Jacob, Rosalie y Edward vigilaban a Juliette, que se encontraba profundamente dormida, tenía una mano en su vientre y estaba cubierta por una gran manta.

Los presentes se dieron cuenta de como Emmett dejó de caminar al reconocer tres lobos entre la oscuridad del bosque.

—Ya vuelvo —susurra Edward antes de inclinarse para dejar un pequeño beso en la frente de su esposa.

Juliette se removió un poco, pero no abrió los ojos.

El castaño sale de la sala en silencio y entra a la biblioteca de la casa en donde se encontraban Jasper, Alice, Esme y Carlisle.

La primera pareja estaba leyendo un libro y la segunda estaba revisando algo en uno de los ordenadores del lugar.

Edward toma asiento enfrente de su laptop para comenzar a investigar diferentes leyendas que pudieran tener información de cómo ayudar a Juliette, siendo un caso bastante especial, ya que no era humana completamente.

El vampiro no pudo evitar tensarse al ver diferentes páginas, pero que siempre recalcaban la misma palabra.

Niños inmortales.

Demonios.

Niño vampiro.

Peligro mortal.

Edward cierra la laptop con fuerza, llamando la atención de los presentes, pero se mantiene en silencio para salir de la biblioteca y poder ir con su esposa, que seguía durmiendo.

Al día siguiente, a primera hora de la mañana, Esme se encontraba saliendo de la casa con tres sándwiches en mano para Leah, Jacob y Seth. Al momento de estar cerca de ellos, fue el menor el primero en caminar hacia la mujer con una sonrisa.

—Gracias —dice el castaño ilusionado—. Me estaba muriendo de hambre.

Esme sonríe ligeramente y ve como Seth comienza a comer con entusiasmo, la matriarca de la familia de vampiros fija su mirada en Leah y le extiende el suyo.

—No tengo hambre, gracias —susurra la morena antes de darse la vuelta y seguir mirando hacia el bosque.

—Bueno, yo sí lo quiero —se apresura a decir Seth y toma el sándwich.

⊱ 𝑳𝒐𝒎𝒃𝒂𝒓𝒅 𝒚 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏 - 𝑬𝒅𝒘𝒂𝒓𝒅 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏® ⊰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora