treinta y tres

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Hugo

- Hugo.- Me zarandea mi amigo sin ningun cuidado.- Es el tercer dia que duermes en tu despacho. - Entreabro los ojos y trato de acostumbrarme a la luz mientras me incorporo.- Tienes que tener la espalda destrozada, ese sofa no parece comodo. Vuelve a casa.

- No puedo Marc, sabes que odio esa puta casa.- Digo aun ronco.- Y si esta vacia aun la odio mas.

- Pues ven a la mia, pero no vuelvas a pasar la noche aqui.- Me exige.- Y duchate, das asco.

- Tu si que sabes animar a un amigo.- Me froto la cara para despejarme y me levanto.- Y lo de tu casa gracias, pero no. Me pagare una noche en un hotel, no quiero molestar.- Abro la puerta del despacho y voy directo al baño.

- Hugo.- Me reclama persiguiendome por el pasillo.- Marta esta preocupada por ti, llevas sin cogerle el movil desde hace tres dias. Por lo menos pasate por la tarde.

- Joder Marc no me agobies.- Grito girandome para enfrentarle.- Si no le cojo el telefono sera por algo.

- Ella no tiene la culpa.- Me grita de vuelta.- Si no quieres volver a hablarte con Jared lo entiendo, pero no metas a su hermana.- Resoplo y continuo mi camino al baño.

- Tienes razon.- Digo antes de abrir la puerta.- Esta tarde me pasare. Con una condicion.- Mi amigo pone los ojos en blanco y resopla.

- ¿ Cual?.- Pregunta no muy convencido.

- Tu ducha, la del hidromasaje y el efecto lluvia, me dejaras probarla.- Sonrio de medio lado.

- Si eso hace que dejes de oler a ardilla mojada esta hecho.- Su cara se destensa y yo cierro la puerta del bajo detras de mi.

Me paro dos segundos a ver mi imagen en el espejo, la verdad que si doy asco, los surcos morados debajo de mis ojos estan mas marcados y la barba de tres dias ya empieza a picar. Por no decir que tengo la comisura del labio manchada de tomate se la pizza que me comi ayer. Me lavo la cara y entro al baño a mear. Me lavo las manos y vuelvo a mi despacho a prepararme un cafa y ponerme productivo.

Las horas pasan y mi trabajo es muy ineficiente, a penas he leido 4 informes y he sido incapad de explicarle a dos nuevos tecnicos como funcionaba el sistema hidraulico para levantar los coches. A las 5 de la tarde salgo de la oficina rumbo a la casa de mi amiga.

- No estas muerto.- Sonrie Marta al otro lado de la puerta.- Ya pensaba que tenia que ir al cementerio a buscar tu tumba.

- Muy graciosa Marta.- Beso su mejilla.- Vengo a ducharme.

- Menos mal, ya temia por mis fosas nasales.- Se rie dejandome pasar.- El baño de invitados esta al final del pasillo.- La miro y sonrio.

- Oh no cielo, tu novio me ha dado acceso a su querida ducha de 5000 dolares.- Digo caminando con paso triunfante hasta mi objetivo.

- Las toallas estan en el cajoncito de abajo.- Resopla sentandose en el sofa.- ¿ Luego te quedas a dormir?

- No, pero me quedare la tarde contigo.- Ella sonrie y yo me meto en la habitacion.

Me desvisto y me meto en la ducha. El agua quema mi piel pero sorprendentemente me siento bien, no me sentia tan bien desde hace dias. Los chorros golpean mi espalda con fuerza provocando que esta se destense, ahora mismo estoy como en una nube. Me merezco esto, merezco un momento de paz en mi ajetreada vida. Me hago una nota mental para comprarme una ducha igual mientras me enjabono el cuerpo y el pelo. Cuando salgo me enrollo una toalla a la cadera y me peino un poco con los dedos. Indago en el cajon de mi amigo y le quito un poco de desodorante y colonia. Me visto con ropa nueva que tenia en el trabajo y salgo de nuevo al salon.

ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora