cuatro

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Hugo

-No voy a discutir mas contigo Anaju, me voy de aqui  cuando quieras hablar como personas civilidas entonces me llamas.- Digo saliendo de su habitacion.

- Hugo vuelve aqui.- Me grita, intento no darme la vuelta pero si no me la doy creo que sera peor.- Ven, lo siento vamos a hablar.

- Esta bien.- Me vuelvo sobre mis pies y me siento junto a ella.- Tu diras.

- No fue culpa mia, si quieres llamo a Marta ahora mismo y que te lo diga ella.- Coge el movil.- Estabamos pasados de copas y Martin vino hacia mi, yo pense que solo ibamos a bailar pero luego se lanzo a mis labios.

- ¿Y tu no pudiste pararlo?.- Alzo una ceja.

- Ibamos muy borrachos y por un momento pense que eras tu.- Trata de sonreir coqueta pero aparto la vista.

- Cuentale esas escusas baratas a otro Anaju.- Me vuelvo a levantar de la cama.- Hicimos la promesa de que no iba a haber mas que nosotros dos, deje mi vida de fiesta y mujeres por ti pero si tu no cumples me temo que yo voy a dejar de cumplirla tambien.

- Pero Hugo yo.- La callé.

- No digas nada Anaju, ahora no.- Sentencio y cojo el casco de mi moto.

- ¿No te quedas?.- Pregunta sosprendida, creo que no ve que estoy enfadado.- Si quiero puedo... ya sabes..  bajar ahi.

- No, no me compres con sexo.- Mi cabreo aumenta por momentos.

- ¡Hugo!.- Vuelve a gritarme cuando salgo al pasillo.- ¿ Sigues enamorado de mi?

- Mucho mi amor, ¿no me ves?.- Contesto sarcastico.

- Conmigo no seas sarcastico y contestame.- Ahora la que parece cabreada es ella.

- Anaju, en este momento no me hagas responder porque creo que mi respuesta no va a ser de tu agrado.- Cierro la puerta con cierta fuerza y bajo la escaleras del edificio hasta la calle.

Me pongo el casco y subo a mi moto, arracon y sigo sin ningun rumbo la carretera. Una pregunta no para de rondar mi mente, ¿ estoy enamorado de Anaju?, ¿ alguna vez lo he estado?. Llevamos un tiempo ya saliendo, la quiero es obvio, pero no creo que sienta eso que las parejas suelen sentir cuando se miran. Deje todo por ella, arriesgue, cambie mi forma de ser y deje de salir beber y acostarme con cualquiera solo porque ella me lo pidio y ¿ como me lo paga?, quizas deba volver a mi antigua vida, mucho placer y nada de sentimientos, los sentimientos son los que corrompen la felicidad de las personas y no las dejan ser libres. Si ahora no estuviera con Anaju problablemente estaria tirandome a cualquier chica guapa, la seduciria un poco hasta que callera rendida a mis pies y luego la llevaria a algun hotel y la haria gritar mi nombre hasta que secara afonica, ¿ y despues que?. Despues viene la mejor parte, nos despediriamos y si te he visto no me acuerdo. Extraño esos dias cuando la vida era tan facil.

Sin darme a penas cuenta estoy en el centro de la ciudad, un Lunes a las 7 de la tarde, demasiado activa. La gente camina agetreada por las aceras mientras que los coches pitan e insultan unos conductores a otros. Paro mi moto en el primer sitio que encuentro y entro a una cafeteria. Cafe, eso es lo que necesito. Para que engañarme lo que necesito es una buena botella de Ron y un culo calentito que me disuelva los problemas pero tengo que llegar a casa de una pieza y sigo teniendo novia. Me pongo a la fila del concurrido establecimiento pensando en que voy a pedir cuando sea mi turno cuando alguien me toca el hombro.

- Perdon.- Una vocecilla timida penetra en mi timpano.- Es usted el ultimo.- Imediatamente me giro para ver de quien prodece esa voz.

- ¿Eva?.- No me lo puedo creer, el destino me ha jugado una mala pasada.¿ Dios por que me colocas a la diosa castaña cuando sabes que ahora mismo haria cualquier cosa con cualquier chica?.- ¿ Que - Que haces aqui?.- Pregunto nervioso, llevo dos dias que esos labios jugosos no han salido de mi cabeza.

ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora