Después de eso, James se muestra más distante con Lucía y menos irritante, cosa que ella agradece, aunque no las tiene todas consigo. Ese fin de semana Rose cumple setenta años. Lucía piensa que como pronto va a tener que despedirse de ella, quiere hacer algo especial ese día y le pide permiso a James.
- Sr. Campbell... ¿Podemos celebrar una pequeña fiesta de cumpleaños este viernes para su abuela?
- ¿Quién vendría?
- Sólo sus amigas del té. Son cinco.
- Bien, pero no quiero mucho jaleo. Ella no puede tener grandes emociones.
- No se preocupe, será algo sencillo.
Así que durante la semana Lucía le prepara una fiesta sorpresa a la Sra. Campbell. Avisa a sus amigas y les pide que guarden el secreto; compra farolillos de colores y serpentina; omite los globos para evitar el susto de la explosión y habla con Mary para preparar el menú. También se hace con un pequeño colgante que ha visto en una tienda y que le recuerda mucho a una palloza gallega.
El viernes se levanta muy temprano para hacer el pastel de cumpleaños. Conoce una receta con harina de almendras y zanahorias y sin nada de azúcar. Lucía se toma muy en serio la dieta de Rose tras el infarto que tuvo. Esa mañana James no hace más que merodear en la cocina en lugar de estar trabajando en su despacho. A Lucía le parece que está actuando raro cuando se ofrece a ayudarla a amasar la mezcla, pero de momento no sospecha nada malo. De pronto la masa se convierte en un juego; la harina pasa a ser el proyectil de una guerra ficticia y ambos acaban manchados por todos lados. El amasijo vuela por todas partes y las manos de James, dentro del juego, acaban varias veces manchando el cuerpo de Lucía. Por primera vez se oyen risas en la casa y el aroma a fiesta embriaga el lugar, hasta que alguien aparece en la cocina acompañando a Mary...
- Buenos días Sr. Campbell, Lucía... -dice el Dr. Scott con una mirada fría y un rostro serio-.
- ¡David! -gritó Lucía-.
- Buenos días Dr. Scott. Perdónenos, estábamos haciendo un pastel y mire como nos hemos puesto...
- Como le dije, vengo a ver a su abuela. Si me dice dónde está puedo ir sólo -responde fríamente David-.
Su mirada está fija en Lucía, pero ella no puede hablar... Sabe que está enfadado, pero aunque ella puede entender algo de lo que él está sintiendo, no sabe cómo explicarle que nada más lejos de la realidad... Después de un largo silencio consigue que su voz vuelva a sonar.
- Le acompañaré a su dormitorio.
- No, iré yo. Así me explica su evolución -ordena James-.
- Pero yo soy su enfermera... Necesito darle datos de estos días...
Lucía intentaba por todos los medios quedarse a solas con David para poderse explicar.
- No es necesario. Tomaré datos nuevos a partir de hoy -sentencia David-.
- Bien –dice James sin ocultar su satisfacción- Sígame.
Lucía se queda en la cocina con la mandíbula desencajada, los ojos abiertos como platos y una tristeza profunda en su corazón. No entiende porqué David actúa tan frío.
Cuando el Dr. Scott termina de revisar a la Sra. Campbell, vuelven él y James a la cocina, donde Lucía ya ha metido el pastel en el horno y está limpiando todo el desorden.
- Muchas gracias por venir hoy Dr. Scott. La verdad es que noto a mi abuela cada vez mejor. Serán los cuidados de Lucía... No sabríamos qué hacer sin ella...
- Me imagino. Bueno, he de irme.
- ¿Puedo acompañarle a la salida Dr. Scott? -intenta nuevamente Lucía-.
- No hace falta, en serio. Conozco la casa.
- Bien. Lucía y yo aún tenemos cosas que preparar para la fiesta.
Después de ver cómo David se va sin querer hablar con ella y ver cómo James regresa a su despacho y continúa trabajando, sin prestarle más ayuda en lo queda de día, empieza a sospechar que ha sido una trampa por parte de su jefe. Recuerda que David dijo "como le dije, vengo a ver a su abuela" y justo cuando lo hizo allí estaba James para aparentar algo que en realidad no era. Lo sospecha, pero no puede imaginarse a alguien tan retorcido y justo la fiesta de cumpleaños comienza en el jardín.
- Te ha quedado todo muy bonito Lucía. A la Sra. Campbell le va a encantar -le anima Albert-.
- Gracias Albert por tu ayuda.
Las amigas de Rose vienen a la hora acordada con grandes dosis de apetito y fiesta y la Sra. Campbell le agradece todo ese esfuerzo a Lucía; su fiesta; su sorpresa; sus amigas; su tarta de cumpleaños y el colgante. Incluso James parece divertirse, pero cuando todo termina; los invitados se van; Mary, Albert y Lucía recogen todas las pruebas de la fiesta y Rose se va a descansar, aparece el verdadero James.
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En sus manos
Lãng mạnTras un suceso vergonzoso, Lucía decide huir a Escocia, donde quiere empezar de nuevo. Allí encuentra un hogar y un trabajo, y empieza una relación, pero su jefe, un guapo pero trastornado hombre, se interpondrá en todos sus planes... ¿Estará prepar...