Desde el punto de vista de Carolein, las rosas significaban varias cosas en concreto, incluso, si le preguntaban, era capaz de enumerar cada uno de los puntos.
Primero: Amor.
Segundo: Pasión.
Tercero: Sangre.
Cuarto: Guerra.
Quinto: Fuerza.
Porque el que fuese una flor no significaba que fuese débil, menos cuando sin duda alguna ella no lo era. Además, las rosas solo habían entrado a su vida por una razón; por una persona.
Apolo Karsten Meyer. Él era la cara definición de un hombre que inspiraba y enseñaba lo que era la fuerza, y la forma en que algo que muchos ven como frágil, se puede ver como un arma.
Lastimosamente, sus caminos se vieron separados tras las desiciones que cada uno decidió tomar, no obstante, la vida siempre sería cómplice de lo que muchos llamaban amores épicos, y sin duda alguna, el suyo estaba destinado a ser uno de los más memorables, sobre todo, cuando la fuerza de cada y los peligros en los que se vieron involucrados, los perseguirán a toda costa, hasta ver qué tan fuertes eran capaces de ser, y cuánto carácter eran capaces de tener.
La vida era dura y complicada, pero no más que ellos, sobre todo, cuando Carolein no era débil ni tímida, ella tenía una fuerza interior que siempre había dejado callado a todo aquel que se interpusiera en su camino.
La vida podía ser dura, pero Carolein era la diosa que siempre sería capaz de devolver cada uno de los golpes que pudiese recibir.All Rights Reserved