Extra #3

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Snow Flower (feat. Peakboy) By V

Estas a salvo

—¿Por qué será que no quieres venir? —dice en un tono divertido y luego añade—. O, mejor dicho, ¿por quién?

Me echo a reír porque sé porque camino mi madre quiere ir, sé que debe de estar sonriendo de oreja a oreja, mientras que espera una respuesta que incluya una mujer, pero no hay tal mujer, no una que quiera presentarle a ella.

—Señora Juls, es usted una mujer muuy ansiosa. ¿Tanto quieres que haya alguien más dentro de mi corazón?

Escucho su risa resonar y sonrío amplio, imaginando como sus ojos deben de estar entrecerrándose.

—No me enojaría que haya otra mujer siempre y cuando me de unos lindos nietos.

Dejo salir una pequeña carcajada y estaciono el auto en el parque de siempre.

—No creo que Kira quiera que le quiten el trono.

—Nadie le va a quitar su trono, ella es la reina de esta casa, pero estaría bien si hay un rey.

—Aparte de pedirme un nieto, quieres que sea varón. ¿Algo más?

La escucho reírse por segunda vez.

—No, nada más. Quiero conocer tu hijo antes de morir, Augustus.

Me quedo callado por un momento, lamo mi labio inferior y cierro los ojos por un momento, sé porque lo dice, sé que tiene miedo de morir debido a que su corazón está débil, a veces me da miedo no volver a escuchar su voz, no poder verla sonreír, no verla en su jardín con sus rosas.

Tengo miedo de perderla, pero decirlo en voz alta es aterrador, mostrar lo asustado que estoy de no poder volver abrazarla un día me rompe el alma en miles de pedazos.

—Eso no va a pasar, vas a conocer a mis hijos, los hijos de mis hijos, y los hijos de los hijos de mis hijos.

—Augustus...

—Nada de pensamientos negativos, señora Jones. Ya va a ver que todo estará bien, solo descansa, come y piensa en cosas buenas. ¿Bien?

Hay un silencio. Cierro los ojos con fuerza y dejo caer la cabeza hacia atrás, que no diga nada solo me hace saber que está queriendo tirar la toalla, que está queriendo mandar todo a la mierda. Y no quiero que lo haga.

No quiero que crea que es un estorbo, como muchas veces lo ha sentido, no quiero que crea que nos está lastimado, todo lo contrario. Ella es la mujer más fuerte, valiente e increíble que he conocido en mi vida. Me enseño lo que era tener una familia otra vez, lo que el amor de una madre puede otorgar, ella me enseñó lo que valgo.

Ha estado ahí cada día, cada noche, me ha consolado, llenado de esperanzas, me ha enseñado que siempre hay luz en medio de tanta mierda, si la pierdo...no, no la perderé, no quiero aceptarlo, ni imaginarlo, porque lo único que veré son sombras oscuras y nada de luz.

No estoy listo, no hoy, no mañana, simplemente nunca lo estaré.

—Está bien —la escucho decir por lo bajo y por el tono ronco de su voz sé que está llorando en silencio. La conozco tan bien —. Todo estará bien, estaremos bien, cielo.

Sonrío de lado.

—Lo estaremos, madre.

Le comento de manera breve los planes que tengo en Toronto y porque no he vuelto a casa, solo lo hago para que se quede lo más tranquila posible, sin embargo, omito lo que mis ojos buscan cada vez que vengo al mismo parque de siempre. Cuando cuelgo la llamada, veo la pequeña figura que he estado viendo estos últimos días, tiene la ropa hecha tirones y una bolsa de papel marrón cubre su rostro, y a pesar de que no está con las personas que visten igual que él, sé que es el niño. Está haciendo frio debido a que ha estado lloviendo y chasqueo la lengua.

Déjame amarte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora