Déjame amarte ©

22|Baila conmigo.

End Of The Day - One Direction 

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Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.

—Oscar Wilde

|ANNABET FOSTER|

¿Se supone que cuando aceptas que una persona entre a tu vida este llegue al otro día a tu apartamento para decirte que entre unas horas viajaran a Australia? Lo sé, algo descabellado que solo debería de ocurrir en películas, le coloqué mil peros a Owen, le expliqué los pros y las contras de hacer un viaje acelerado, pero no importo mi discurso, porque justo ahora estoy desempacando mi ropa, en la casa de Australia de Augustus.

La excusa perfecta para él, fue que podíamos ir a ver el terreno donde será construido el hotel, así podría empezar el diseño. No me creo por completo la excusa, quizás es verdad una parte, pero no completa. Lo sé.

Bostezo y estiro mis extremidades, he estado en un avión por suficiente tiempo, no quiero volver a montarme en un avión, ni siquiera porque sea un avión privado de la familia Jones. Duramos once horas de vuelo, lo bueno era que había una habitación en el avión, en la cual me la pase durmiendo todo el viaje. Mientras que Owen trabajaba.

—¿Está lista, señorita?

Sonrío y volteo en dirección a la voz, encontrándome con Owen apoyado al marco de la puerta, sus manos están escondidas dentro de los bolsillos delanteros del pantalón negro, su cabello azabache esta desordenado y luce un poco cansado.

—Uh...¿para qué?

—Primero iremos a ver el lugar donde está siendo construida la estructura del hotel —se acerca a medida que va hablando—, luego te enseñaré un poco de Australia —se detiene enfrente de mí y acaricia mi mejilla—. Y lo último es sorpresa.

Arqueo mis cejas y luego sonrío.

—Así que una sorpresa.

Asiente con la cabeza y una sonrisa perezosa se desliza por sus labios. Entrecierro los ojos y él ríe por lo bajo, doy un paso en su dirección y me estiro mi mano para poder tocar las hebras de su cabello, intentando peinarlo. Sus manos van hacia mis caderas e inclina la cabeza para poder tener más accesibilidad.

Cierra los ojos mientras mis dedos acarician su cabeza. Nuestros rostros están cerca y me concentro en los movimientos de mis dedos, ignorando los latidos desesperados de mi corazón.

—¿Qué es lo que estas planeando, joven Jones?

Se ríe por lo bajo y abre sus ojos, nuestras narices se rozan y mi mano cae por el lado lateral de su rostro, hasta terminar en su cuello.

—Eso debes descubrirlo al final del día, señorita Foster. —Acerca más su rostro al mío, uniendo nuestras frentes y chocando nuestras narices, con voz firme y segura añade—: Y sé que te encantará.

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Intento de darle forma a una habitación pero el resultado no me convence del todo, dejo salir un suspiro lleno de frustración y observo mi entorno. Estoy en la parte trasera de la estructura del hotel, sentada debajo de una palma de cocos, a unos metros de distancia se encuentra el mar y la luz del atardecer pinta el agua.