01|La invitación.

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One last song - Sam Smith 

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis

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Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...las arcadas se van sumando cada vez más. Cierro mis ojos con fuerza y algunas lágrimas se deslizan por mis mejillas, el líquido agrio y caliente sale de mi boca con fuerza; como si no existiera un final. Mi cabello está amarrado en un moño, si no lo estuviera ahora mismo estaría lleno de vomito, las palmas de mis manos están apoyadas sobre las baldosas blancas del suelo del baño, mis rodillas duelen por la posición en la cual me encuentro, mi cabeza está inclinada hacia el inodoro y mi garganta arde. Cuando el líquido deja de salir de mi boca, bajo la palanca del inodoro y apoyo mi espalda contra la pared que está a un lado.

Atraigo mis piernas hacia mi pecho y las abrazo, escondiendo mi rostro entre el espacio que queda entre mi torso y rodillas, los sollozos salen de mis labios con fuerza y mi cuerpo tiembla.

Soy un maldito desastre.

Me había prometido no volver a hacerlo y ahora mi promesa está en el desagüe, junto a mi almuerzo. ¿Sabes que es difícil? Es difícil luchar contra ti mismo, tener que ver como poco a poco te vas perdiendo, hasta llegar al punto en el cual no sabes quién eres. Pero no me controlo, ya no lo hago; o quizás nunca lo he hecho.

 Pero no me controlo, ya no lo hago; o quizás nunca lo he hecho

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—¿Tienes listo el diseño?

Al escuchar la voz de Mila cierro mis ojos con fuerza y muerdo el interior de mi mejilla, tomo una bocanada de aire antes de levantar la mirada de la tablet —que yace sobre el escritorio—, para posarla en ella.

Está de pie en toda la entrada a la oficina, sus manos están en jarras, tiene una ceja arqueada y me observa ansiosa.

—Me falta poco, dentro de unos minutos se lo llevo —digo y observo como suelta un suspiro sonoro; dejando caer sus manos a los costados de su cuerpo.

—Eso espero, Foster —masculla entre dientes. Gira sobre sus talones y sale de la oficina, cerrando la puerta detrás de ella.

Me quedo quieta, escuchando como el sonido que provocan sus tacones al impactar contra el suelo se va alejando, hasta quedar en silencio.

Déjame amarte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora