08|El cuadro.

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Camila Cabello - Real Friends 

—Tenemos las sillas, el escritorio, algunas lámparas y un cajón enorme de color blanco para meter lo que sean muestras, como telas y esas cosas —habla Gemma, mirando la libreta negra que está entre sus manos, y en la cual tacha cada cosa que va pr...

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—Tenemos las sillas, el escritorio, algunas lámparas y un cajón enorme de color blanco para meter lo que sean muestras, como telas y esas cosas —habla Gemma, mirando la libreta negra que está entre sus manos, y en la cual tacha cada cosa que va pronunciando. Se para en seco y hago lo mismo—. Nos faltan algunos cuadros. —Voltea a verme—. ¿Te gusta verdad? —Abro la boca para decir que no necesitamos cuadros, pero se adelanta diciendo—: Claro que lo hacen, ahora vamos a comprar algunos cuadros.

No espera respuesta de mi parte y comienza a alejarse, gruño por lo bajo y comienzo a caminar detrás de ella. Nos hemos pasado toda la tarde buscando cosas para mi oficina, creí que Mila iba a ir a regañarme por cómo le hablé a Chad, pero no lo hizo, eso es raro. Mis pies duelen por los tacones, el día (ahora ya noche) a estado nublado, y hace unas dos horas empezó a llover, desde entonces no ha parado. Los truenos resuenan con fuerza y a Gemma le encanta ese sonido.

Me adentro en una tienda de decoraciones, observo todo con desinterés, mientras que Gemma levanta unos cuantos objetos en mi dirección, para después bajarlos cuando meneo la cabeza.

—¿Necesita ayuda, señorita? —inquieren a mis espaldas.

Volteo, encontrándome con unos ojos grises. Una mujer de unos cincuenta años, vestida de manera elegante y con su cabello rubio en una cola alta me sonríe. Le devuelvo la sonrisa, aunque estoy segura de que me salió fue una mueca, por la expresión de confusión en el rostro de ella.

—No. —Señalo a Gemma, quien está hablando con una mujer, vestida igual a la señora enfrente de mí—. Ella es la que está comprando.

—¡Oh! —exclama y sonríe—. Hace poco nos llegaron algunos cuadros de New York, que quizás le puedan agradar a su amiga. ¿Quiere verlos?

Abro la boca con la intensión de decirle que no, pero la cierro de inmediato, vuelvo a ver hacia Gemma, quien está hablando con la mujer, hace ademanes con las manos como si le estuviera intentando explicar lo que quiere, o busca. Vuelvo la mirada hacia la mujer y asiento en respuesta.

—Perfecto, sígame, por favor.

Hago lo que me pide, poco a poco nos vamos adentrando mas el lugar. Alejándonos de donde habitualmente están los clientes, ella me guía por un pasillo iluminado y abre la puerta que esta al final de este.

—Todavía no los hemos sacado, espero que no te moleste entrar al almacén —dice.

—Está bien. —Es lo único que digo.

La mujer sonríe y me hace una señal con la cabeza para que la siga, mientras que ella se adentra en el lugar. Muerdo mi labio inferior, indecisa, doy una mirada hacia atrás y después de soltar un suspiro sigo a la mujer. Me adentro en un espacio amplio, lleno de diferentes objetos, desde esculturas hasta candelabros. Ella camina hasta donde hay un cuadrado, cubierto por papel transparente.

Déjame amarte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora