Bazzi - Star
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|ANNABET FOSTER|
Observo el techo blanco con grietas de la habitación, me siento vacía. Esa sensación de tener un hueco negro en tu pecho que te va consumiendo poco a poco, de sentir como la vida y el tiempo se escurre entre tus manos como la arena. Como las cosas dejan de importar y solo vives por vivir, conozco esta sensación, la he tenido muchas veces.
Cierro los ojos y una lágrima solitaria se desliza por mi mejilla izquierda, recorriendo parte de mi cuello hasta ser adsorbida por la tela de la camisa color azul oscuro de rayas, me siento en la cama y observo los rayos del sol traspasar las cortinas de la ventana, me levanto y entro al baño.
No es la primera vez que me quedo en casa de Sofía, cuando necesito un respiro vengo aquí; porque el verdadero lugar al cual quiero ir esta en otro país y a millones de kilómetros de distancia. Después de bañarme y arreglarme bajo las escaleras, tomo una manzana de la cesta de frutas y doy un mordisco, para ir en dirección al jardín trasero.
Veo a Sofía, está de espaldas a mí, tiene puestos sus guantes de jardinería y esta plantando algunos geranios fucsias, su cabello es agitado por el viento, me siento en la mecedora y la observo en silencio, mientras como la manzana.
La vez que me vio en el psiquiátrico se sorprendió y me reconoció de inmediato, todavía puedo recordar como la confusión y el asombro cubrieron sus ojos cuando supo lo que intente hacer, como su mirada se llenó de tristeza.
—¿Cómo amaneces? —Parpadeo varias veces y la observo delante de mí.
—No lo sé.
—Intenta describirlo —sugiere adentrándose a la casa, voy detrás de ella.
—Es extraño, es como si no sintiera nada —me siento en una silla, mientras ella abre la puerta de la nevera para hacer el desayuno—. Me siento extraña.
—Less llamó en la madrugada preocupada —susurra, cortando algunos vegetales—. Le dije que estabas aquí, irá a casa de tus padres a la hora del almuerzo.
—¿A casa de mis padres? —inquiero ceñuda.
—Lo que escuchaste, cuando te sientes de la manera en la te sientes, necesitas rodearte de las personas que quieres, ya sabes eso, Anne, pero no pides ayuda; solo te dejar hundir.
—Parece que estamos retrocediendo.
—Eso parece y quiero saber por qué. —Levanta la mirada hacia mí, dejando de cortar—. ¿Qué está ocurriendo para que estés tan inestable de manera emocional?
Me levanto de la silla y acerco a la isla de granito, sentándome en un banco y tomando el cuchillo para ir cortando los vegetales, el silencio se extiende y ella parte dos huevos, para echarlos en un tazón blanco, para luego revolverlos.
—Hay alguien que quiere entrar en mi vida —susurro y las curvaturas de mis labios tiemblan, muerdo el interior de mi mejilla—. Me siento bien junto a él, Sofía. Mas que bien, es como si todo se esfumara, me gusta el cosquilleo que siento en mis manos cuando las toma. —Observo mis palmas y sonrío un poco—, me gusta la manera en la que me mira; lo hace como si fuera un maldito diamante o cuando me sonríe, su sonrisa es hermosa, siempre sonríe y lo he tratado mal, lo acepto y no estoy orgullosa de ello, pero es como si eso a él no le importara porque me sigue observando con cariño, con dulzura, sigue sonriéndome con ternura, con amor.
—Y le tienes miedo a eso.
Alzo la mirada hacia ella.
—Me aterra, puedo estar bien, sentirme completa y después todo eso desaparece, comienzo a dudar, a tener miedo, a querer huir lejos de él. Él saca de mi a la vieja yo, a la soñadora, a la que bromeaba, y me asusta, me asusta que se enamore de mí.
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Déjame amarte ©
General FictionSegundo libro de la trilogía "Amores Diversos" |NO SE NECESITA LEER ERDUA PARA ENTENDER ESTA HISTORIA| ❝Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta. ❞ -Sam Ke...