One

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Este capítulo contiene escenas de abuso. Por favor lea con precaución.

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-¿Siempre me tendrás, trato?.-

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Sus ojos se pusieron en blanco al ver al chico de cabello castaño que sostenía frente a ella. -No me tientes, Theodore. -sonrió mientras él se acercaba. Frunció el ceño tupido y una sonrisa asomó a sus labios.

-¿O qué, Amelie?. -Resopló. -¿Me maldecirás si lo hago?.-

Hermione lo empujó lejos de Amelie mientras la risa escapó de su garganta. -Relájate, Granger. -atrapó una parte de sus pasos, sus manos se estiraron en el aire para rendirse.

-¿No sabes lo que es una broma? No tienes que ser tan tensa todo el tiempo. -Ambas Amelie y Hermione pusieron los ojos en blanco ante el chico sonriente frente a ellas.

-Es gracioso, Nott. -se burló Hermione, sus libros firmemente abrazados contra su pecho. -Ya no pensarás que es gracioso cuando sea yo quien te hechice.-

Sus palabras se ganaron una risa al caer de los labios de Amelie mientras Theodore se rascaba la parte posterior de la cabeza en teoría: las dos chicas siempre jugaban con él, y a él le encantaba.

Siempre apreciaba el poder de hacer felices a las personas que lo rodeaban.

Theo gruñó algo entre dientes mientras le lanzaba a Hermione una mirada furiosa, y ella le devolvía una sonrisa orgullosa. Sus ojos recorrieron el concurrido pasillo hasta que se dieron cuenta de algo, algo que hizo que la expresión divertida de su rostro se desvaneciera. Sus hombros se hundieron

-Hermione, ¿qué estás...?. -Amelie se levantó, preocupada por su amiga. Estaba a punto de darse la vuelta cuando su mano tocó su hombro.

Su corazón se detuvo.

Amelie ni siquiera tuvo que mirar al chico que estaba detrás de ella para entender quién era.

La mano grande en su hombro tenso se apretó. -De pie están demasiado cerca, ¿verdad, Nott?. -Sus palabras rasgaron sus oídos mientras ella se paraba en el tiempo. Ella no se atrevió a moverse.

Sus ojos coincidían con los de Theodore, mirando aterrorizada a su mejor amigo mientras una vez más se rascaba la nuca.

-Cálmate, amigo. Es solo una conversación, ¿no es así, señoras?. -Intentó ser gracioso, pero Amelie no pudo encontrar ningún placer en sus palabras. Estaba demasiado asustada, casi temblando cuando la mano en su hombro tiró de su espalda.

-Amelie tiene que estar en algún lugar. -Su voz se mantuvo oscura, cruel mientras continuaba alejándola de sus amigos.

Sintió la sensación de ahogamiento masticando sus huesos mientras él la arrastraba por el pasillo, de una manera que siempre hacía cuando tenía la mente puesta: lejos de todo y de todos.

Amelie sabía lo que le iba a pasar. Ella sostenía la verdad de lo que estaba a punto de hacer, algo que había hecho tantas veces antes, y todo lo que deseaba mientras hundía las puntas de los dedos más profundamente en la piel de su brazo.

Era que esto terminara.

Ella sufrió su oxígeno cuando la empujó a un armario al final del pasillo. Le gustó este gabinete. Estaba alejado de las aulas y de la parte de los pasillos donde los estudiantes solían pasar su tiempo.

Levantó su varita hacia la puerta de madera, murmurando. -Muffliato. -en voz baja antes de darse la vuelta para mirarla.

-Ni un sonido, cariño.-

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora