Cursed; Draco Malfoy |Traducción|

Seventy-Seven

Este capítulo contiene escenas violentas y sangre. Por favor lea con precaución.

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La realidad dio vueltas a su alrededor, brutalmente casi mientras se sentía enferma.

Amelie no había usado su propia magia de manera similar a esta en meses. Desde que Adrian le robó su varita en la Mansión la noche que él vino a llevársela, ella nunca practicó su propia magia hasta hace unas noches cuando Theodore entró tropezando, herido y lastimado.

La sensación de náuseas la hizo vacilar, e hizo todo lo posible por tragarla con Theo cerca de ella: Amelie cerró los ojos y los entrecerró cuando aterrizaron en Edimburgo, en lo que parecía ser una calle abandonada, un callejón sin luces ni gente. 

Dio un paso atrás de su amiga, mirando a su alrededor en la oscuridad. No recordaba nada. Todo se veía tan diferente desde la última vez que visitó esta ciudad.

-¿Es esto?. -Habló Theodore en voz baja. Sus dientes se rompieron mientras miraba a su alrededor, su varita en alto. -Esto no me parece una clínica.-

Miró sin comprender los edificios que los rodeaban. Todos estaban cubiertos de ladrillos y envejecidos. Le pareció espantoso, aterrador  mientras se acercaba un paso más a Amelie.

-¿Qué estás...-susurró Amelie, estremeciéndose al sentir el pecho de Theodore presionando su espalda, y casi se rió entre dientes al escuchar las respiraciones estresadas que contenía. -Teddy, ni siquiera da miedo, está solo ... oscuro.-

Theodore volvió a lo que estaba haciendo, mirándola con los ojos muy abiertos desde arriba y retrocediendo torpemente.

Enderezó los hombros, sacando el pecho. -No tengo miedo, Amelie, ¿puedes parar?. -Murmuró, ofendido. -Nunca dije que tuviera miedo.-

Ella puso los ojos en blanco y empezó a caminar por el callejón. Sus pies tropezaron con el suelo revestido de rocas en el lúgubre abrazo.

-Espera ... -gritó Theodore, acercándose a ella mientras entrelazaba sus brazos, caminando de cerca. -No puedes simplemente ...-

-No tienes miedo, ¿verdad?. -Amelie sonrió, su varita firmemente abrazada entre sus dedos mientras susurraba, 'lumos' por debajo de su aliento, y rehuía brillantemente desde el borde. -Ahí tienes, ¿mejor?.-

Theodore se burló, intentando apartarla de él, pero ella se aferró a él.

Le resultaba extraño volver a sentir la fuerza de su magia. Esta varita realmente le quedaba bien. Fue perfecto. Draco siempre la conoció mejor de lo que ella se había entendido a sí misma, y ​​nadie excepto él elegiría una tan hecha para ella como él.

Ella miró su regalo. Era recto, con patrones tallados en todo, hermoso por decirlo al menos. Tenía un anillo justo encima del asa, recubierto de plata, exactamente como su pulsera y los anillos de Draco.

Realmente había pensado en esto, en ella.

Era como si estuviera con ella a través de esa varita. Que no era solo su fuerza, sino su poder combinado con el de ella. Se fue a salvo con él en la mano como si nada pudiera lastimarla porque él la había desencadenado, le había permitido ser lo mejor de sí misma.

Doblaron una esquina. Casi caminó como si supiera adónde iba, inconscientemente, y Teddy la siguió con aire distraído.

Se volvió más brillante desde allí, pero aún era más que desgarrador, especialmente de noche, al menos para Teddy.