Este capítulo contiene traumas emocionales y menciona el abuso. Por favor lea con precaución.
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-Te extrañamos.-
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Sus ojos parpadearon entre el niño frente a ella y la dama parada en los últimos escalones de las escaleras hacia la cabaña. Amelie dejó que su mirada se detuviera en esa mujer durante medio minuto.
Observando los mechones marrones y gruesos caer desordenadamente sobre sus hombros y la sonrisa que llevaba, gentilmente. Sus ojos mientras brillaban en lágrimas y cómo necesitaba entrecerrar los ojos, ligeramente por el sol, brillando relucientemente sobre ellos.
Una curva desvanecida apareció en los labios de Amelie, casi como si no pudiera decidir qué hacer con esto.
Supongamos que fuera algo que la destrozaría o algo que vendría a curarla. Posiblemente no podría señalar con el dedo lo que haría ahora.
Inicialmente, deseaba huir. Para huir de todos los sentimientos que esto le traía, pero no podía, y todo dependía de que ese pequeño niño parado frente a ella, siguiera sus movimientos mientras se ponía de pie, llana sobre sus dos pies.
El suave sonido de pasos subiendo detrás de ella la hizo sentirse segura. Theodore y Draco se colocaron a pies de distancia y a cada lado de ella.
Theo con los brazos cruzados sobre el pecho, las cejas bajas y una mueca de juicio, mientras Malfoy tenía las manos metidas en los bolsillos y ni siquiera miraba a la dama, simplemente miraba a Amelie.
Siempre a ella.
-No tienes que hacer esto. -dijo Draco, en voz baja mientras daba un paso más hacia ella. -Sabes que no tienes que hacer esto.-
La cabeza de Amelie se inclinó, mirando hacia la hierba mientras sentía su mano en la parte baja de la espalda, dándole todo el consuelo que pudiera necesitar.
Cerrando los ojos, respiró hondo. -Lo sé. -susurró. -Lo sé.-
La soltó, dando un paso atrás de nuevo mientras sus huesos dolían por la pérdida de su toque, sintiéndose sola en el mismo segundo en que ella ya no podía sentir su mano sobre ella.
-Esa es mamá.-
Los tres cuellos se rompieron, mirando confusamente al chico de cabello castaño parado frente a ella, y ella se sintió culpable de inmediato por no prestarle atención. Su mano se estiró entre ellos para que ella la tomara.
Atlas le sonrió ampliamente, y ella le devolvió la sonrisa. -Lo sé. -dijo con suavidad y se dejó caer sobre una rodilla de nuevo, nivelando al niño. -Sé que es mamá.-
Amelie no sabía que su madre había mantenido viva la memoria de su hija con su hijo. No pasó un solo día sin que ella no hablara de ella, que no le recordara a Atlas que un día conocería a su elogiada hermana.
El ángel que su madre tuvo que sacrificar, la vida que tuvo que renunciar para poder salvarlo, y que siempre tenían que estar agradecidos por Amelie y todo lo que hacía por ellos.
Atlas conocía a Amelie. Sabía todo lo que había que saber sobre ella, que su madre le contó. De hecho, le dijo a la mayor parte de la chica que había fallado tanto.
El rostro del niño se iluminó con eso, extendiendo la curva en sus labios más amplia. -Entonces ven a saludar. -murmuró, todavía con su mano extendida entre ellos. -Te extrañamos.-
Se sintió como si alguien le hubiera atravesado con un cuchillo. Entendiendo que el niño y sus rizos desordenados la conocían cuando ella no.
Asintiendo con la cabeza, sin hacer caso, mientras ella dejaba que sus dedos se inclinaran alrededor de los de él, y él agarró su mano sólidamente, arrastrándola con él por el suelo cubierto de hierba. -Mamá también te extrañó. -dijo mientras se acercaban a la casa. -No como yo, pero casi.-
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Cursed; Draco Malfoy |Traducción|
Fanfiction|Completa| Propiedad de: Juneekarl "¿Cómo es eso? ¿Que dos almas rotas encajan perfectamente en una?" --- EL CONTENIDO ADULTO ES POR QUE TIENE ESCENAS FUERTES, NO POR QUE TENGA SMUT. Una historia de amor de Draco Malfoy, Esta historia incluye conten...