Seventy-Two

653 80 91
                                    

Este capítulo contiene menciones de muerte y trauma emocional. Por favor lea con precaución.

-Te amo. Te amo. Te amo.-

---

Amelie se quedó boquiabierta sin prestarle atención. Ni una ristra de emoción jugó en sus rasgos sorprendidos mientras lo miraba fijamente, notando cómo se había apoyado sobre un codo, el otro brazo descansaba sobre los músculos tonificados manchados en este torso.

Draco extendió una mano hacia ella, pero ella se apartó distraídamente. Sus movimientos se refrenaron.

-Amelie... -Malfoy respiró, sacudiendo levemente la cabeza. -Amelie, que...-

No podía pensar correctamente. Para él, todo era un desastre, ver cómo se le aclaraba la cabeza después de semanas de sueño.

-No. -se las arregló para ahogar la chica, tirando de las mantas sobre su cuerpo para ocultarse. Su camisón envuelto alrededor de ella junto con las sábanas nacaradas de la cama. -Moriste ...-

Sus nudillos palidecieron cuando agarró la tela de la ropa de cama. Su vista estaba destrozada por la de él. No podía apartar la mirada, incluso si la fusión de lágrimas y cansancio le picaba en los ojos. Amelie intentó negar con la cabeza, huir de regreso a la realidad.

Draco no estaba aquí. No podría serlo.

-Tú...-Sus párpados se agitaron. Sus palabras se fueron entrecortadas. -Te vi morir, moriste.-Una de sus manos se movió hacia arriba para agarrar su propia garganta, aliviando la sensación de hundimiento en la que parecía estar atrapada. Sus huesos se derrumbaron. -No estás aquí. Te abracé, te vi ...-

Los dientes de Amelie se apretaron con fuerza mientras trataba de no romperse, de no apartar los ojos de él. -No estás aquí.-

Las palmas resecas de sus manos empujaron contra sus oídos mientras sus tonos se cerraban. 

Ella estaba prohibiendo el mundo, cerrando cada detalle a su alrededor, para encontrar su propia voz en su cabeza.

-No estás aquí.-

No había una forma natural de que esto fuera válido. Esto no pudo suceder. La naturaleza no funcionó de esta manera. Teddy le había enseñado que no importa qué tipo de magia haya, volver de entre los muertos es tan raro como cualquier otra cosa. No había forma, al menos no inofensiva.

-No estás aquí.-

Todo lo que vio fue oscuridad contra la fina piel de sus párpados, pero no se atrevió a abrir los ojos. ¿Y si se había ido de nuevo? ¿Y si hubiera perdido a la persona por la que se sacrificó?

El latido de su corazón continuó, ásperamente dentro de su pecho mientras su respiración se volvía pesada.

-No estás aquí.-

Amelie ansiaba convencerse a sí misma de que no era real. Que la verdad no descansaba en él acostado a su lado. Había visto a Draco exhalar su último aliento. Había sentido su cuerpo mientras se enfriaba en sus brazos. Ella ha visto cómo la sangre le quita la vida.

Él murió.

-No puedes ser ...-

Amelie se estremeció hacia atrás, abriendo sus ojos sólidamente apretados ante el toque que él le había dado. La cálida y curativa sensación de su mano cuando se cerró alrededor de su muñeca, y bajó uno de sus brazos de su oreja.

Draco la miró. No a través de ella, no lejos, nada intermedio. Él la miró fijamente.

Su cabeza se sacudió a un ritmo pausado mientras lo estudiaba. El pliegue en su mejilla que ella no había notado antes, el cabello rubio que había crecido centímetros más desde la última vez que le prestó atención, los ojos grises que consumían todo su ser.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora