Cursed; Draco Malfoy |Traducción|

Thirty-Nine

-No me dejes.-

---

-No tienes que hacer esto, Amelie. -Dijo Draco, sus ojos brillaban con culpa. -Sé que es difícil para ti, pasar por todo esto y si es demasiado ...-

-Digo azul. -Sus ojos se clavaron en los de él mientras le sonreía desde el otro lado de la habitación. -Lo sé, Draco, pero está bien. Quiero ayudarte.-

-¿En serio?. -Él se acercó a ella mientras ella se deslizaba en la silla en la habitación desierta. Las puntas de sus dedos se deslizaron sobre los apoyabrazos y notó las marcas de garras. Sus uñas habían arañado la madera con tanta violencia durante sus sesiones anteriores, y una sensación de pesadez le oprimía el pecho al pensar en ello.

-De verdad. -susurró Amelie. Su mano colocó sobre la de ella en la madera mientras observaba cómo su piel temblaba de miedo.

-Amelie ... -Draco inclinó la cabeza y se inclinó sobre la silla con ella en ella. -Lo diré una vez más. Tú no ...-

-Draco. -sus ojos se posaron en los de él cuando sintió su mano tensarse alrededor de sus dedos. Parecía que necesitaba tocarla, como si quisiera asegurarse de que ella todavía estaba con él y de que no se rendiría. -Quiero ayudarte.-

-Sé que lo haces, pero ...-

-Draco. -Su mano se soltó de su agarre, y la colocó en su mandíbula, su nariz casi rozando la de él. -Detén esta locura y déjame ayudarte. Puedo hacer esto, ¿de acuerdo?.-

Malfoy sostuvo sus palabras. No quería discutir con ella, pero tampoco quería estar de acuerdo con ella. Estaba asustado, aterrorizado de volver a herirla.

Ella no se veía a sí misma en sus brazos mientras estaba vacía de vida, él lo hizo. Tuvo que abrazarla cuando ella estaba sin aliento porque la magia que la hizo pasar estaba cerca de la tortura.

Si no es por ella, entonces por él. Draco no podía soportar verla derrumbarse por lo que había hecho y especialmente no ahora, cuando sabía que ella también podía ver su mente.

-¿Todavía estás ahí?. -El toque de Amelie bajó de su mandíbula mientras él retrocedía fuera de los pensamientos que tenía.

-Está bien. -murmuró, con la mano en la parte posterior de su cabeza mientras empujaba sus labios sobre su frente. -Pero quiero mostrarte algo después.-

Sus ojos se abrieron, sus dientes en su labio inferior por curiosidad. -¿Mostrarme qué?.-

-Es una sorpresa, pero quiero compartir algo contigo. -Sus cejas se fruncieron cuando captó sus propias palabras. Él nunca fue el que compartió con Amelie porque ella siempre compartía con él. Su mente, sus secretos, sus pensamientos.

No tenía que abrirse porque ella lo hizo, pero ahora, ahora era como si quisiera. Quería compartir una parte de sí mismo con ella. Algo que le importaba cuando ella no estaba allí.

-No tienes que hacerlo. -Amelie observó la expresión de duda en su rostro y el parpadeo vacilante en sus ojos. -No tienes que mostrarme nada, no si no estás listo.-

-Quiero estar listo. -Draco tragó saliva y metió la mano en el bolsillo para sacar la varita.

-Yo también. -Cerró los ojos y volvió a agarrar el apoyabrazos con los dedos. Apretó los dientes mientras trataba de respirar con regularidad, para prepararse para lo que entendía que se avecinaba.

-¿Palabra?. -Le preguntó mientras la estudiaba temblorosa.

-Azul.-

-Legilimens.-