Eighty

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Este capítulo contiene menciones de autolesiones, sangre, acciones violentas y trauma emocional. Por favor lea con precaución.

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-Deja que te ayude.-

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-Tenemos que irnos ahora. -le suplicó Narcissa al moreno. Sus ojos brillaban en lágrimas mientras envolvía su puño alrededor de la manija de la puerta. -No pueden saberlo, Theodore. Sabes que no pueden.-

Theo soltó un suspiro, apretando las mandíbulas mientras enderezaba los hombros, mirando a la dama frente a él. -Sé que no pueden, Narcissa. ¿No crees que lo sé? Me siento muy mal por esto.-

Ella asintió con la cabeza hacia las escaleras, enviando al piso superior una rápida mirada. -Entonces será mejor que vayas a decirles que tienes un lugar en donde estar. Draco sabe que no estaré en casa esta noche. -Hizo una pausa, soltó el pomo de la puerta y se dio la vuelta por completo. -Esperaré aquí, pero si te vas sin que Draco lo sepa, lo perderá.-

-Lo sé ... -murmuró Theodore, dando grandes zancadas mientras subía las escaleras, tropezando en su camino a través del lúgubre pasillo. Maldiciendo entre dientes mientras se alejaba, y se detuvo, justo afuera de la puerta que conducía a la habitación de Amelie y Draco.

Un golpe rápido con los nudillos, la abrió de un empujón, asomando la cabeza por la rendija, y sus ojos instantáneamente vieron a Amelie, sentada contra la cabecera de la cama. Un libro en su mano y el rubio envuelto alrededor de su pecho.

-¿Teddy?. -Susurró, bajando la novela y llevándose un dedo a los labios, inclinando la cabeza hacia el chico que dormía pesadamente encima de ella. Su toque descansaba sobre la columna de Draco, y ella seguía pasando su mano por ella, consolándolo en el mundo de la imaginación. -¿Qué puedo ...?.-

-Tengo que estar en algún lugar. -murmuró Theodore, apartando la mirada de sus cuerpos enredados, y se pasó la mano por el pelo, rascándose el cuello después. -Y volveré por la mañana.-

Amelie inclinó la cabeza, su cabello lo siguió suavemente mientras caía sobre su hombro. -¿Otra vez?. -Preguntó, frunciendo el ceño y una mirada de preocupación se elevó sobre ella. -Acabamos de regresar ...-

-Tengo que hacerlo, Amelie, por favor. -le suplicó el moreno, en silencio, con la voz ronca. -Lo sé, pero por favor, no cuestiones esto.-

Mirando al chico, pegado a su cuerpo, asintió lentamente y pasó la mano por los mechones rubios, ganándose un gemido de él mientras lo hacía. Enterró sus rasgos en su pecho, apretando sus brazos alrededor de ella.

-No lo haré ...-susurró Amelie, sus ojos coincidiendo con los de él de nuevo. -¿Le dijiste a Narcissa? Ella siempre se preocupa tanto ...-

-Está arreglado. -la interrumpió Theodore, nerviosamente en caso de que decidiera continuar con sus preguntas. -No está en casa esta noche, se fue ...-

-Oh, claro ... -Ella negó con la cabeza ligeramente. Un suave rizo apareció en sus labios. -Draco dijo que su madre se iría, pero Teddy...-

Inclinó la cabeza hacia atrás, mirándola inquieto. -¿Sí?. -Tragó saliva, sus dedos agarrando el cuello de su camisa blanca.

-¿Ten cuidado, por favor?. -Soltó Amelie en medio de una súplica, agarrando el lomo de su libro. -No sé a dónde vas, pero donde sea que sea, por favor, debes tener cuidado.-

El calor se sonrojó dentro de Theodore mientras empujaba la puerta de par en par, dando pasos hacia la habitación hasta que estuvo de pie junto a ella. Inclinándose, le dio un beso en la parte superior de la cabeza y su rostro se escondió en su torso.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora