Nine

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Este capítulo contiene trauma emocional. Por favor lea con precaución.

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-Siento los latidos de tu corazón.-

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Adrian nunca regresó a la escuela esa semana

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Adrian nunca regresó a la escuela esa semana. Sus padres creían que sería mejor si descansaba recuperándose en las paredes de su propia casa, pero eso no interrumpió la verdad de que Amelie lo extrañaba, más de lo que poseía las palabras para explicarlo.

Sabía que era por el bien común que él no estuviera allí. Les ahorraría a todos una parte de sus mentes. Ella entendió que estando él entre ellos en un momento como este, donde tanto ella como Theodore le habían fallado terriblemente, no terminaría bien.

Aun así, tendría que acostumbrarse al hecho de que Adrian ya no estaría mucho más porque a finales de esta semana, su destino sería estar destinado a la oscuridad, y finalmente, como había anhelado, sería parte de los Mortífagos.

Amelie no temía a Adrian como un Mortífago más que a él, no siendo uno de ellos. Francamente, le trajo paz que él no estaría cerca, que solo volvería a visitarla por unos días a la vez, porque significaba que tendría la libertad de pasar tiempo con Theodore sin que nadie la mirara constantemente el hombro.

Sus ojos se posaron en el moreno, mirando como descansaba en su regazo, y sonrió por la brisa otoñal bailando a través de su cabello. Los suaves rayos del sol le hacían cosquillas en la nariz mientras Theodore murmuraba para sí mismo.

Siempre hacía eso: murmurar las palabras que estaba leyendo sin darse cuenta de que lo hacía.

-¿Qué estamos leyendo hoy?. -Le preguntó Amelie, sintiendo cómo su cuerpo se estremecía levemente por su inesperado discurso.

Theo simplemente se encogió de hombros, pasando una página de su libro. -Lo mismo que de costumbre, pero ya lo sabías, ¿no?.-

Se aferró a su sonrisa mientras ponía los ojos en blanco. -Sólo porque has estado leyendo el mismo libro durante una década.-

Las puntas de sus dedos se arrastraron suavemente por su cabello, desenredando los mechones desordenados, y el toque de ella, rozando los mechones marrones, le hizo mirarla. Sus ojos brillaban por la luz brillante que los rodeaba,

-¿Puedo leerle algo?. -Parecía ansioso.

-Por supuesto. -Sus dedos seguían rozando su cabeza mientras miraba hacia el lago frente a ellos. A Amelie y Theodore les encantaba sentarse aquí, cerca del agua, mientras leían en silencio.

Era una de las muchas cosas que siempre hacían juntos, y especialmente aquí, porque aquí, Adrian no podía encontrarlos. No sabía sobre su pequeño lugar secreto.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora