Forty-Five

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-Odio la Navidad.-

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-Odio la nieve. -murmuró Amelie, metiendo la barbilla más profundamente en el cuello de su abrigo. -¿Por qué me obligas a hacer esto?. -Ella le envió a Theodore una mirada furiosa mientras él cerraba la puerta de la mansión detrás de él.

-Porque es Navidad en dos días, y tenemos que comprar regalos. -puso los ojos en blanco al ver su figura temblorosa. -¿Y cómo puedes amar las fiestas pero odiar la nieve?. Simplemente no me cuadra.-

-Porque...-

-¿A dónde crees que vas?. -Gritó Draco, cerrando la puerta de golpe mientras marchaba tras ellos por el suelo cubierto de grava. -¿Qué te dije, no vayas a ningún lado?.-

-Solo vamos a comprar regalos, amigo, cálmate ...-

Draco pasó furioso junto a Theodore, con los ojos entrecerrados en los de ella, se detuvo a solo unos centímetros de distancia. Podía sentir su respiración caliente en la superficie helada de su rostro.

-Pensé que te había dicho que no ...-

-Entonces ven con nosotros. -La barbilla de Amelie se levantó de la tela mientras le enviaba al rubio una dulce sonrisa. -Siempre puedes unirte a nosotros, ¿sabes?.-

-¿Es así?. -Malfoy rodó los ojos hacia ella, mirando con maldad a su sorprendido amigo junto a ellos. -¿Y por qué haría eso? No somos niños. La Navidad es para los niños.-

-Técnicamente ... -levantó Theodore, pero la mirada penetrante de Draco lo interrumpió rápidamente. -Está bien, pero nos iremos, te guste o no, así que vienes con nosotros o puedes quedarte aquí y enfadarte sobre eso.-

-Nott. -Draco gruñó, pero los dedos de Amelie entrelazados con los suyos le hicieron perder el enfoque de Theo. Miró sus manos enredadas antes de volver a mirarla; sus ojos se posaron en su nariz enrojecida y todos los asuntos del mundo se desvanecieron.

Nunca había visto algo tan simple como una nariz roja, tan hermoso.

-¿Ven con nosotros, Draco, por favor?. -Amelie sonrió, su mano agarró la de él con más fuerza. -Será divertido. Lo prometo.-

Todavía estaba indeciso, pero sabía que no podía resistir esa sonrisa suya y especialmente no cuando venía con sus mejillas enrojecidas y su nariz coloreada.

-Bien.-

Amelie no soltó la mano de Draco. Ella lo abrazó mientras paseaban por las calles de Londres con Theodore tropezando detrás de ellos.

La nieve formaba nubes alrededor de las concurridas calles, y sus ojos parpadeaban por todas partes Amelie no había estado en el mundo durante meses, no desde que regresó a la escuela este verano, y para ella eso se sentía como si hubiera sido una eternidad.

-Aquí. -dijo Amelie, señalando el escaparate de una tienda. -Quiero ...-

-Solo hay ... cosas de niños ahí adentro, Amelie, ¿por qué tú... -Draco se levantó, mirando a la ansiosa chica, pero antes de que tuviera la oportunidad de terminar su oración, Amelie ya estaba caminando por la puerta.

-Por el amor de Dios ... -murmuró Draco mientras Theodore colocaba una mano en su hombro, dándole un fuerte apretón.

-Hay algo que debes saber, Malfoy. -sonrió Theo mientras ambos miraban a Amelie a través del cristal. -Es increíblemente terca.-

Los ojos de Draco simplemente se pusieron en blanco, encogiendo la mano de Theodore. -Sí ya di cuenta. -Murmuró mientras la seguían a la tienda.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora