Cursed; Draco Malfoy |Traducción|

Eighty-Two

Este capítulo menciona el abuso, violación y trauma emocional. Por favor lea con precaución.

---

-Sabes que lo haría. Haría cualquier cosa por ti.-

---

Amelie estaba en conflicto, al menos por así decirlo.

No sabía muy bien qué hacer con todo lo que la rodeaba mientras se derrumbaba. Todo se derramó en pedazos justo frente a ella y no supo qué hacer.

Su madre la había dejado, de hecho. Había dejado a Amelie para pelear sus propias batallas, vivir el abuso tanto de Adrian como de su padre, mientras ella cuidaba de otra persona, mientras llevaba otro hijo.

Le rompió el corazón. La destrozó saber eso, pero nunca podría reprocharles eso.

Su hermano era el hijo de Voldemort. Su hermano era un Horrocrux y alguien que sería perseguido por el resto de su vida si alguna vez se conocía su existencia. Así que no importa cuánto sintiera Amelie mientras la destrozaba, no podía emocionarse por esto.

-¿Estás segura?. -La voz de Draco la sacó de su mente, sintiendo su brazo mientras le rodeaba la cintura. -¿Que ya quieres volver? No tienes que hacerlo. Podemos quedarnos aquí un poco ...-

Con un resoplido bajo, lo interrumpió. -Quiero volver ...-Susurró, jadeando cuando sus labios empujaron su hombro. -Necesito que estén a salvo, Draco y yo... oh Dios...-

Se estaba presionando contra ella, ahogándose en toda ella mientras besaba su cuello, hombros, ese punto blando justo debajo de su oreja. -Mhm, ¿y tú ...?. -Él sonrió contra su piel.

-Y yo ... -Amelie se pellizcó las pestañas, tratando de concentrarse en las palabras que quería formar. -Y no quiero que vivan aquí, solos y sin protección. Tan pronto como lo descubrimos, solo estaban ...-

Su mano se deslizó por debajo de las sábanas, deslizándose alrededor de su cintura, y la agarró por la cadera. -¿Y estaban sólo...?. -Él gimió ante la sensación de su piel, rozando suavemente la suya. -¿Entonces qué, Amelie?.-

Amelie se dio la vuelta, sin decir nada más cuando él encontró su suave mirada en la habitación ligeramente oscura. Tenía ese adorable rizo pegado al borde de la boca, y él no podía apartar la vista de él.

Echaba de menos su sonrisa.

Tomando su mandíbula, la arrastró más cerca entre las sábanas hasta que sintió su piel desnuda sobre la suya, y la besó de nuevo, suavemente. Memorizar exactamente cómo se sentía, tener sus labios presionados contra los de él.

-¿Entonces no te estoy disuadiendo de que te quedes aquí hoy?. -Murmuró, respirando con vehemencia en su boca, y ella sacudió la cabeza ligeramente, sintiendo sus mechones ondulados de cabello mientras le hacían cosquillas en el brazo.

-Me temo que no. -sonrió completamente antes de dejar que su contacto se separara y se reclinó de nuevo en la almohada. -No tienes que venir. Puedo ir yo misma si tienes otras cosas que ... -Amelie gritó, su respiración se atascó en la parte posterior de su garganta cuando él se sentó contra el marco de la cama, sus manos la envolvieron y la llevó sin esfuerzo a su regazo. Ni siquiera parpadeó.

-¿Qué fue eso?. -Él arqueó la columna, sosteniendo su cuerpo muy cerca del suyo. -¿Estás actuando como una tonta otra vez, Amelie?.-

-No... -Ella se las arregló para soltar una risita, lamiendo su labio inferior y mirándolo.