Cursed; Draco Malfoy |Traducción|

Twenty- Four

Este capítulo contiene acciones violentas.  Por favor lea con precaución.  

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-Sé que lo haremos.

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Amelie Avery

Día 12. 

Hace doce días que estoy aquí.  

Doce días de Teddy y yo.  

Doce días aprendiendo sobre mí de formas que no pensé que fueran posibles.  

Doce días de una mezcla de constante angustia y un destello de esperanza.  

Doce días de largas caminatas por el bosque, mirando el sol desde la ventana de la cocina mientras se elevaba entre las montañas, entre risas y una taza de té con mi mejor amigo.  

Doce días de pensar.  Pensando en todo y en nada.  Pensando en mi madre, mi padre, Adrian, Pansy, Hermione ... 

Y Draco.  

Doce días pensando en Draco. 

Lo extraño, incluso si hago todo lo posible para no extrañarlo, 

Lo hago.  

No creo que lo extraño como la persona que vivió para ser.   Extraño las promesas, la cercanía de otra persona que nunca me traería violencia, la constante tranquilidad de que estaría a salvo con él, y lo estaba.  

Estaba a salvo con él.  Ningún lugar se había sentido más seguro que estar cerca de él, incluso si mentía.  Estaba a salvo.  Pero eso no es lo que duele de extrañarlo, extrañar el sentimiento que me trajo.  El sentimiento que me da ganas de llorar cada vez que mi mente lo rodea.  

Lo que hace que mi corazón se parta en dos es que él estaba a salvo conmigo, y él lo sabía.  

Nunca había sentido mucho cariño.  Incluso lo dijo él mismo.  

"No tengo ese tipo de sentimientos".  

Pero lo hizo.  Creo que ambos sabemos que lo hizo, y creo que por eso me dijo que me fuera, porque al final del día, 

Le importaba.  Le importaba lo suficiente como para no llevarme a la oscuridad que dominaba.  Se preocupó lo suficiente como para dejarme ir.

Pero, ¿cómo se supone que voy a dejar pasar eso?  

¿Cómo se supone que voy a dejar ir a la persona que llevó a cabo un acto tan desinteresado?  

Teddy me preguntó la otra noche si me enamoraba de él.  Si hubiera llegado a preocuparme por Draco de alguna manera, nunca lo vi venir, y no creo que lo hiciera.  

No creo que me enamoré de él, y no creo que él se enamore de mí.  

Creo que nos necesitábamos el uno al otro.  Creo que los dos estamos destrozados de una manera que nunca podríamos explicarnos, y creo que eso era lo que necesitábamos.  

Alguien que entendiera el dolor y la tortura sin tener que explicarlo nunca.  

Pero no lo se.  Ya no sé nada.  Todo lo que sé es que olía a amor y me consumió.  

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-¿Qué estás haciendo?. -Theodore colocó una mano gentil en su hombro, sonriéndole mientras lo hacía. -¿Estás escribiendo en esas servilletas otra vez? Sabes que puedo darte un bloc de notas de verdad...-