Twenty- Three

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-Todos usan a todos.-

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Amelie Avery.

Se quedó de pie, simplemente congelada en el borde del acantilado, e incluso si se mantuvo expuesta a tal oportunidad, donde tenía todas las oportunidades del mundo para finalmente terminar con sus años de sufrimiento, 

Esta fue la primera vez que no lo quiso.  

Sus ojos parpadearon sobre las copas de los árboles, escuchando el remolino de viento helado mientras bailaba a través de los mechones ondulados de su cabello. 

El color de sus mejillas se sonrojó mientras se abrazó a sí misma.  Sus rodillas estaban débiles por la falta de sueño que poseía, el contorno morado debajo de sus ojos se desvanecieron en un tono de piel aún más pálido.  

Se estaba perdiendo en un momento en el que se suponía que debía ser feliz.  

Lo único que apreciaba mucho en esta vida, pero que la perseguía tan profundamente, era la verdad de la muerte de su madre.  

Nadie podría quitarle ese recuerdo porque era verdad.  

Sucedió.  

Ella estaba allí cuando el último sorbo de aire apretó el pecho de su madre.  Ella estaba allí para presenciar su cuerpo mientras se enfriaba.  Aún así, su mejor amigo, a quien le había confiado la mayor parte de su existencia, le dijo lo contrario, 

Le dijo que su madre estaba viva.  Le dijo que ella, profundamente enterrada por dentro, era la única que sabía a dónde había ido su madre, 

Qué plan tenía porque la única persona en la que su madre confiaba era en ella.  

Los golpes de la ráfaga mordieron sus mejillas mientras sus ojos se clavaban en el lago, enterrado entre las literas de los árboles, brillando en los rayos del sol que seguían asomándose por detrás de las densas nubes a ella en el acantilado.

-Te busqué por todas partes. -Ella se echó hacia atrás, todavía no estaba acostumbrada a que otra persona estuviera cerca de ella después de sus semanas de estar encerrada dentro.  

Draco siempre se daba a conocer antes de acercarse a ella, pero no a Theodore.  

Estaba familiarizado con que ella apreciara su cercanía, pero no lo estaba.  Ahora no.  

Porque ahora, se sentía como si alguien le hubiera arrancado un pedazo de piel.  Como si le hubieran quitado a alguien, y el toque que anhelaba más que el de cualquier otra persona, 

No podía tenerlo.  

Draco le había mentido de nuevo y ella sabía que no se podía confiar en él, pero su mente se negaba a ceder. Lo necesitaba.  

Cada día que pasaba sin tenerlo cerca de ella, sintiendo sus manos frías, escuchando sus resoplidos que siempre hacía, mirando sus ojos grises e hipnóticos mientras la miraban. 

Cómo la cuidaba en todas partes, ella se fue sin cuestionar.  

Su mente luchó contra la confusión del chico rubio.  El dolor que sentía por las mentiras de su madre la atravesó cuando su mejor amigo se acercó.

-¿Desayunaste?. -Theodore le preguntó, mirándola con preocupación mientras ella negaba levemente con la cabeza.

-No lo hice. -le susurró Amelie, casi inaudible por el viento a su alrededor, las hojas se encogían de hombros.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora