Forty-Four

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-Todo lo que me importa eres tú.-

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El agua caliente humeaba en el baño en el que ambos estaban parados mientras se llenaba la bañera. El cuerpo de Amelie cerca del suyo. Se sentía nerviosa, más que eso. No había hecho nada como esto antes, con alguien que la tratara con tanta amabilidad.

Los ojos de Draco la recorrieron mientras ella todavía estaba completamente vestida frente a él, y sus ojos parpadearon. No sabía si ella dudaba o simplemente estaba nerviosa.

-¿Puedo?. -Draco hizo un gesto hacia el suéter un poco más grande que ella estaba usando. Sus dientes mordieron su labio inferior mientras asentía.

Con una respiración profunda casi temblorosa, sus manos se deslizaron suavemente sobre su cintura mientras tiraba suavemente del dobladillo de su suéter.

Amelie podía sentir cómo su corazón latía con fuerza dentro de su pecho mientras estiraba los brazos hacia arriba para que él se lo quitara, y cuando lo hizo, jadeó levemente por la fusión del aire caliente y frío.

Los ojos de Draco permanecieron fijos en los de ella. Era como si no se atreviera a mirar su pecho desnudo. No quería parecer irrespetuoso, no quería que ella se sintiera incómoda con él. Draco anhelaba que ella estuviera a salvo y se sintiera protegida cuando él estaba cerca, y ella lo hacía.

No se dio cuenta de lo segura que se sentía ahí, con él mientras sus dedos se apretaban en puños alrededor de la tela de su camisa.

-Draco. -soltó Amelie en un susurro. -Mírame.-

Sus mandíbulas se movieron, mientras su cabeza negaba. -Amelie, no tienes que hacer esto. Puedo irme ...-

Sus dedos acariciaron los de él y le quitó el suéter y lo tiró al suelo.

-¿Puedo?. -Ella hizo un gesto hacia su camisa; un arco tímido en la esquina de su boca se elevó sobre él mientras asentía. Amelie comenzó a desabrochar cada botón de la tela negra mientras él seguía mirándola, no podía apartar los ojos de ella.

Ella era hermosa, impresionante, mientras estaba parada allí frente a él, con su corazón una vez más en la línea por él.

Él lo sabía.

Sabía que su corazón descansaba en sus manos y que lo protegería con su vida.

Nada le pasaría a Amelie cuando Malfoy estuviera cerca.

-Aquí. -murmuró, extendiendo su brazo para él antes de tirar del material suave, y él se puso de pie, al igual que ella, con el pecho desnudo.

Lo había visto antes, lo había estudiado, cada centímetro de su piel cenicienta y el lío de cicatrices descoloridas, pero no podía tener suficiente.

El era hermoso.

Draco no dijo nada. Él simplemente la miró mientras ella le devolvía la mirada, ambos en la total necesidad de estar cerca el uno del otro. Las manos de Amelie se arquearon en el dobladillo de su falda mientras la bajaba lentamente, junto con su ropa interior.

El acto hizo que Draco tragara saliva. Ya no sabía dónde mirar, incluso si todo lo que quería hacer era mirarla. Quería mirar, memorizar cada marca de su cuerpo, cada peca, cada corte, cada marca de nacimiento.

Deseó poder mirarla, de esta manera, para siempre.

Amelie sonrió tímidamente mientras se alejaba del rubio hacia la cerámica de la bañera y se deslizaba por debajo de las líneas de agua caliente. Su cuerpo estaba empapado por las pequeñas burbujas que flotaban a su alrededor.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora