Seventy-Four

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-Ven aquí.-

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-Teddy... -Amelie jadeó. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras se apresuraba a subir a su cama. Ella se deslizó hacia abajo, justo a su lado, y él gruñó, ruidosamente de dolor.

-Cuidado. -murmuró dolorosamente, pero una sonrisa cubrió sus labios mientras la dejaba acurrucarse más cerca.

Amelie se incorporó sobre su codo, mirando a su amigo mientras fruncía el ceño. -¡No te atrevas a asustarme así de nuevo!. -Sacudió la cabeza, soltando todo el miedo que tenía por él. -Te lo prometo Teddy, si alguna vez ...-

-No lo haré. -Theodore hizo una mueca, casi una mueca de burla.  -No te asustaré así de nuevo. Lo prometo.-

Los nervios de Amelie se calmaron. Sus ojos se posaron en su mejor amiga. Quizás estaría bien después de todo, pero incluso si lo estuviera, todavía la fastidiaba que él hubiera estado haciendo cosas sin decírselo.

Tenía muchos asuntos que resolver ella misma. No era algo raro, pero que Teddy estuviera ocultándoselo, era más que inusual.

La vista de Theodore se arrastró a través de Amelie, estudiando ese pequeño pliegue en su frente y los ojos atormentados mientras la calmaban con calma. -Espera ...-

Una pausa silenciosa los atrapó. -Amelie ...-Los ojos de Theo se entrecerraron, mirando dubitativo a la chica, metida en su costado con sus dedos bailando sobre su pecho. -No...-

Los labios de Amelie se arquearon, su nariz rozó la fina tela de su camisa. -No, ¿qué?.-No pudo reprimir esa creciente sonrisa suya, era impracticable.

No quería decírselo, pero no podía esperar para hacerlo, simplemente para decirle que estaba aquí de nuevo. Que su mente finalmente había aflojado el insoportable control que tenía de su corazón. Que vivía libremente dentro del abrigo de sí misma de nuevo.

-No es posible ...-Exhaló, sus hombros se hundieron ligeramente. -¿Cuándo? ¿Esta mañana?. -La nota en su voz se elevó más fuerte mientras la emoción de su amiga, finalmente estar aquí, en su sano juicio, brillaba.

Su cabeza se inclinó suavemente cuando su frente golpeó su brazo y la comisura de sus labios se crispó. Theodore sin darse cuenta, permitió que el brazo que había acurrucado a su alrededor la arrastrara hasta que estuvo prácticamente encima de él.

-Amelie ...-Susurró, cruzando los brazos alrededor de ella mientras su barbilla se hundía en su pecho. Ella parpadeó rápidamente, mirándolo desde abajo, a través de sus pestañas. -¿Qué pasó?.-

-¿Dónde estabas?. -Responde Amelie, inclinando un poco la cabeza mientras los suaves mechones de su cabello la siguen. Adoraba esa mirada de ella, la amable pero preocupada mueca que tenía. -Me desperté y tú te habías ido.-

Theodore asintió, su cabeza contra la almohada mientras la miraba. Le dolían un poco las venas por el cansancio que había sentido, pero no le importaba que ella se tumbara encima de él. Le encantó. Theo no la había sentido durante meses.

Cuando finalmente regresó con él, no era la Amelie que había perdido, y ahora, incluso si no sabía cómo admitirlo, cómo decir que era ella de nuevo, él lo sabía.

Esta Amelie, esta forma pura pero decidida de ella, no era nada comparable. Ella era extraordinaria y era más de lo que todo parecía ser. Esta no era la chica que había dejado en su cama ayer.

Esta no era la chica con la que habían jugado con la cabeza, y sus sentimientos dirigidos. Esta era Amelie, la humana que venció a todos los demonios de su vida. La chica que tomó cada acto pecaminoso que se le impuso y lo transformó en fuerza.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora