Cursed; Draco Malfoy |Traducción|

Fifty-Five

Este capítulo contiene acciones violentas, abuso y trauma emocional. Por favor lea con precaución.

-Te amo, te amo, te amo, te amo.-

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Amelie Avery.

Tres meses.

-¡Detente, Adrian!. -Gritó. Sus pulmones ardían de cansancio. Le dolía la garganta. -¡Detente, por favor!-

Tres largos meses.

-No puedo soportarlo más. -Sus lágrimas cayeron mientras sus labios se movían en tonos morados, no podía respirar. -Adrian, no puedo ...-

Tres meses de pura tortura y dolor.

Sus ojos rodaron hacia la parte posterior de su cabeza, y pudo sentir cómo su alma simplemente abandonó su cuerpo por un segundo.

La estaba estrangulando de nuevo. Herirla de maneras que él sabía la traumatizaría hasta el punto en que nunca podría vivir libremente.

Adrian deseaba marcarla, herirla y cicatrizarla de todas las formas posibles. Nuevas cicatrices como viejas. Quería que ella sufriera, que le doliera más allá de lo razonable.

Quería que ella se sintiera como si se estuviera muriendo solo por ser quien la devolviera a la vida, y luego, ansiaba hacerlo todo de nuevo.

Quería ahogarla con todos sus poderes crueles y pecaminosos, y luego quería traerla de vuelta, para salvarla de hundirse, solo para empujarla hacia abajo de nuevo.

Esa fue su venganza por todos los meses que había pasado, encerrado debajo de la Mansión Malfoy. Por cada acto de tortura, Draco lo había provocado.

Adrian la estaba castigando porque entendía que causaría mucho más dolor al chico que amaba si Amelie era la que pagaba por las acciones de Draco.

Amelie sabía esto porque él nunca la dejaría olvidar. Adrian se lo decía todo el día, todos los días. Ni una sola vez le permitió extraviar que solo estaba siendo torturada, golpeada, asfixiada, quemada, muerta de hambre, violada, abusada y herida, debido a Draco.

Le pareció que Adrian intentaba clavárselo en la cabeza. Manipularla para que piense y crea que Draco era el culpable.

Que era culpa suya.

Que Malfoy había herido a Adrian tan gravemente que tuvo que buscar su venganza contra  Amelie, y mientras los días se convertían en semanas y las semanas se volvían meses, lentamente, casi inconscientemente comenzó a creerle.

Ese Draco es la razón por la que ella está sufriendo tan intensamente.

Al menos, eso era lo que pensaba Adrian, se aseguró de eso.

Amelie le siguió el juego con sus juegos, y para él, parecía como si ella se hundiera en su mente malvada, pero no lo hizo, no.

Amelie había estado encerrada en cadenas mágicas durante meses, y ya casi no podía llamarse humana. No entendía cuánto tiempo había pasado realmente desde que Adrian la empujó aquí y cerró la puerta detrás de él.

Un día, no hace mucho, cuando la dejó salir a ducharse, ella vio a través de la pequeña rendija de la ventana del baño cómo la nieve se había desvanecido y cómo las hojas de las copas de los árboles cambiaban lentamente a un tono verde.

Comprendió que estaba en el horizonte absoluto de la primavera, pero no podía estar segura.

Adrian solo le permitía salir de su habitación una vez al día, y la protegía como un halcón cuando lo hacía.