Ninety-Eight

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Este capítulo contiene la mención de sangre y trauma emocional. Por favor lea con precaución.

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-Pongamos fin a esta guerra, Malfoy.-

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-¿Dónde... -Amelie se rió entre dientes por la forma en que él la estaba guiando tan inestablemente fuera de su habitación, escuchando cómo Narcissa se rió suavemente detrás de ellos. -Draco, qué...-

Malfoy estaba cubriendo sus ojos. Sus palmas bloquearon cada oportunidad que tenía de ver algo. No la llevó muy lejos, solo a la habitación contigua a la de ellos. -Un segundo. -dijo, todavía bloqueándole la vista con una mano mientras la otra encontraba algo frente a ella.

Susurrándole al oído, le besó un lado de la cabeza. -Está bien, ¿estás lista?.-

Amelie asintió. Su propia mano se colocó sobre el bulto que llevaba. Ella se mostraba incluso de pie ahora. Incluso si se vistiera con vestidos y camisas más holgadas, no pasaría mucho tiempo hasta que Teddy lo descubrió. -Listo.-

Él sonrió. Ella no lo vio, pero lo sintió. Su toque fue cálido, cariñoso. A él le importaba esto. Le importaba mucho lo que estaba a punto de mostrarle.

-No te burlarás de mí, ¿verdad?. -Murmuró, su voz baja y ronca en su cabeza. -No es ... algo que hago, pero por mis chicas haría cualquier cosa. Incluso esto.-

Ahora estaba más emocionada. Casi brincando por la forma en que estaba hablando. No le gustaban mucho los regalos. Ella nunca lo había estado, pero podía escuchar el entusiasmo en su voz y la intensidad en su abrazo. Amelie ya sabía que le encantaría esto.

-Haríamos cualquier cosa por ti, Draco. -inclinó la cabeza hacia un lado, en la palma de su mano. -Ahora, enséñamelo o podría ...-

Draco la soltó. Rápida y abruptamente. Sus brazos se deslizaron por su cuerpo y aterrizaron sobre los de ella. Él también sostuvo su vientre, ahora.

-Draco... -Amelie jadeó. Sus ojos estaban muy abiertos y llenos de lágrimas. Estaba a punto de volver a llorar. Ella siempre lloraba. -Tú ...-

-Lo hice. -dijo, tratando de parecer indiferente. Cuando él, en realidad, estaba más que emocionado. Había estado trabajando en esto durante un mes. Desde que se enteró de su pequeño milagro, el milagro de ellos, había trabajado y trabajado. Estudió e ideó nuevos hechizos y magia para crear lo que ella estaba mirando. Le construyó una habitación. Draco había construido una habitación para su hija. -Para ustedes, las dos.-

Ella no podía comprenderlo correctamente. Se sintió surrealista para ella. Real. Esto lo hizo real. Lo hizo real poniéndolo a la vista de ella. Esto lo dejó todo tan claro. De hecho, iban a tener un hijo. Una hija. Una niña. Su niña. Su niña. Su niña.

-Draco ...-susurró Amelie, casi asustada de entrar. Ella no quería arruinar nada. Ella no quería estropearlo. -Esto es ...-

Su mirada se posó sobre todo. Las paredes sombreadas de amarillo suave. Al igual que había pintado las paredes de su habitación, pintó la habitación de su hija exactamente del mismo tono. Del mismo color, ella se adoraba a sí misma cuando era niña; en el color que su padre le quitó, Draco le dio a su hija.

Algo tan simple como el tinte de las paredes hizo que se enamorara de él de nuevo.

La diminuta cuna en la esquina de la habitación era blanca y ovalada. Había una cubierta fina y suave que colgaba del techo encima, derramándose tan bellamente alrededor de la cuna. La cama estaba hecha. Incluso le hizo la cama pequeña.

Cursed; Draco Malfoy |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora