Capítulo 9.

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—Emma.— La voz de Trevor sonó tan lejano en los tímpanos de la rubia.— ¿Todo bien?

Emma asintió y le sonrió, colocó el libro de matemáticas en el escritorio y se quitó los lentes de leer.

Estaban en la biblioteca de la mansión Hamilton, habían pasado tres días desde la vez que Emma cacheteó a Cassandra por haberla llamado prácticamente de zorra.

Emma desde que está con Hunter, le ha explicado matemáticas a Trevor, ya que ella era una experta sobre ese tema.

—¿Hiciste el ejercicio?— Preguntó la rubia acercándose a el y mirando su libreta.

—Sí, el método que me explicaste, me facilitó mejor el procedimiento.— Dijo Trevor y luego cerró su libreta.

El chico castaño suspiró, y también se quitó sus lentes de leer, sus ojos azules eran agradables.

—¿Qué pasa?— Preguntó Emma y lo miró con atención.

—Papá y Cassandra han discutido mucho estos días.— Murmuró Trevor con una expresión cansada.— Quisiera entender a papá, quisiera entender a Cassandra, pero a ninguno de los dos los entiendo.

Trevor tomó un sorbo de su café y luego volvió su mirada al gran ventanal de la biblioteca.

—Quizás se llevan mal en los negocios.— Dijo Emma también bebiendo un sorbo de su café.

—Su relación es extraña, Emma.— Dijo el castaño volteándose para ver a su cuñada.— Hasta un tanto peligrosa.

—¿Qué tan peligrosa?— Preguntó Emma suavemente.

Trevor suspiró y se levantó para ir a cerrar la puerta de la biblioteca, y volver a su asiento.

—El día que Cassandra se marchó de la mansión por durante dos años, el enloqueció porque al día siguiente encontraron un cadáver en la laguna que está a media hora de la mansión.— Susurró Trevor.— Su cuerpo estaba putrefacto, no había rastros de la persona fallecida, ese caso jamás llegó a la policía, y hubo un gran cantidad de dinero a los trabajadores, por guardar silencio.

—Mierda.— Fue lo único que dijo Emma.

—No es todo, papá localizó a Cassandra tantas veces que tuvo un ataque de rabia por no encontrarla, el estaba tan seguro que ella era culpable de ese cadáver, y sabía perfectamente como ella podía esconder un cadáver, pero el dice que dejó esa persona muerta para que el se complicara, ya que ellos tuvieron una gran pelea el día que ella se fue.

Emma estaba sorprendida por lo que Trevor acababa de confesarle, Hunter jamás le había mencionado aquello, aunque tampoco había mencionado a su hermana mayor.

—¿Tú crees qué Cassandra haya hecho eso?— Preguntó Emma después de un tiempo en silencio.

—La verdad no sé, Cassandra hace cosas misteriosas, nadie sabe sus pasos, nadie sabe a qué lugares frecuenta, con quién está, a qué hora duerme, nada.— Dijo Trevor.— Pero a pesar de su misterio, ella jamas ha demostrado ser una asesina, de mi papá sí lo espero, el es un hombre tan predecible con sus acciones.

—Es tan raro esa situación.— Murmuró Emma.

—No le digas a Hunter que te conté esto, espero que quede entre nosotros, Emma.— Dijo Trevor mirándola fijamente.

—Sabes que de mi boca no se escapa ningún secreto nuestro.— Dijo Emma acariciando su mejilla.— ¿Quieres cenar ya?

Trevor asintió y luego salieron de la biblioteca.

En tú mirada (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora