En tú mirada (#2)

Capítulo 56.

Sus ojos se cerraron por un breve momento, su rostro estaba ruborizado, y esos labios carnosos como la sangre, sus lágrimas bajaban lentamente, y la vena de su frente estaba marcada.

—Te amo tanto.— Su voz estaba quebrada y Emma sintió como su corazón latía con tanta fuerza.

El alcohol en su cuerpo había bajado un poco, la sala de aquél hermoso apartamento era iluminado por la luna, reflejándose en el gran ventanal. El perfil de Cassandra era un poema, de esos poemas que quieres ver y escuchar siempre, su rostro debería ser considerado una maravilla del mundo, y esos ojos verdes brillaban como una estrella, aquella mujer fuerte, alta, y llena de maldad, estaba tirada en el suelo con lágrimas en su rostro, mientras el amor de su vida estaba encima de ella, acariciando su rostro con tanto amor.

—Cielo.— Susurró Emma acercándose a su rostro y juntando su frente con la de ella, sintiendo su respiración y los latidos de su corazón, sus manos frías se posaron en su cintura y Cassandra abrió sus ojos lentamente para verla.— Desde que desperté me atrapaste con tus hermosos ojos, y desde entonces no he podido sacarte de mi cabeza. No recuerdo todo completamente, pero estoy tan segura de lo que siento por ti, es más real que el mundo.

Cassandra subió sus manos hasta el rostro de Emma y acarició sus mejillas con suavidad, poco a poco la acercó a ella y la besó con dulzura. Dejó sus labios un momento junto a los de ella, y luego los movió lentamente, su boca estaba caliente, y eso le encantaba, a Emma le encantaba su manera de besarla, de como su lengua se mezclaba con la de ella con tanta elegancia y suavidad, todo lo que hacía Cassandra era un delirio para ella.

Cassandra levantó su cuerpo un poco, y tomó con fuerza a Emma, la rubia se sujetó de su cuello, y la castaña se quitó sus tacones y caminó con Emma en su regazo hasta el gran ventanal, donde un piano negro estaba al frente, y Cassandra sentó a Emma encima del piano, y dejó un suave beso en sus labios.

—Aún sigo borracha.— Dijo Cassandra sentándose en el banquillo que estaba al frente del piano, y lo tocó con suavidad.

—¿Qué me cantarás?— Preguntó Emma curiosa viendo a Cassandra con una sonrisa.

—Busca la botella.— Dijo Cassandra con una sonrisa.

—¿Qué música se llama así?

—No amor, busca la botella.— Dijo Cassandra riéndose mientras señalaba la botella de vino que estaba en el suelo.

—¡Ahhh!— Exclamó Emma entendiendo, y luego se bajó del piano y corrió a buscar la botella y se la entregó a Cassandra riéndose.— Lo siento.

—Descuida.— Murmuró Cassandra y se pegó de la botella bebiendo un gran sorbo del vino y luego se la entregó a Emma, quién bebió de la misma manera.

La rubia dejó la botella a su lado, y miró a Cassandra con atención, viendo como veía las teclas del piano con mucha atención, y luego sus dedos comenzaron a tocarlas lentamente, y poco a poco podía reconocer aquella música.

La voz de Cassandra sonó ronca pero tan suave, jamás la había escuchado cantar, y sentía que su corazón podría salirse en cualquier momento. Sus nervios estaban tan presentes, pero no dejaba de ver a Cassandra cantando una música de Miley Cyrus, Angels Like You.

Sus dedos se movían elegantemente por las teclas del piano, y sus gestos eran tan perfectos y adictivos de mirar. Su voz era una melodía suave y ronca al mismo tiempo, le encantaba verla, le fascinaba su voz con el sonido del piano, era sin duda, uno de los mejores momentos de su vida.

—Angels like you can't fly down hell with me...— Su voz sonó suave al terminar y detuvo sus dedos, mientras su mirada se perdía en las teclas del piano.