Capítulo 18.

1.1K 89 0
                                    

Una semana después.

Emma llegó a su mansión, y lanzó su cartera en el mueble y luego se lanzó ella dando un suspiro de alivio.

—No me digas que te fue mal.— Dijo Ben lanzándose en el mueble también y tocando el abdomen de su hermana para molestarla.

—La sesión de fotos para Forbes me dejó muerta.— Dijo Emma cansada, y se acomodó para luego recostar su cabeza en las piernas de su hermano.

—¿Qué se siente ser la joven más rica del mundo por dos años consecutivos?— Preguntó Ben con una sonrisa divertida.

Emma rió y golpeó su pecho de manera juguetona.

—Es cansado ¿okey?— Dijo Emma con sus ojos cerrados.— Deberías ser mi socio y también llevar el imperio de nuestra hermosa madre.

Ben soltó una risa y luego negó.

—Sabes que no es lo mío para nada, soy un artista, y prefiero mi vida bajo perfil.— Dijo el ojiazul.

—Eres tan aburrido, Ben Connor.— Dijo Emma fastidiada.

Ben le alborotó su cabello y luego se quedaron un momento en silencio.

—¿Te vas mañana a Londres?— Preguntó Ben rompiendo el silencio.

—Sí, cumpliré cuatro meses con Hunter, no podrá venir a New York por asuntos de negocios, y bueno también tengo asuntos que resolver en Europa.— Murmuró Emma.

Ben asintió lentamente y luego se quedó un momento pensativo.

—¿Le puedes entregar un regalo a Keyla de mi parte?— Preguntó Ben.

Emma se levantó emocionada y lo vió con una gran sonrisa.

—¿Te gusta mi cuñadita?— Preguntó la rubia con emoción.

—Puede ser.— Dijo Ben divertido.

—Eres muy viejo para ella, cumplirás 30 años.— Dijo Emma con una sonrisa burlona.

—Soy como el vino, señorita.— Dijo Ben orgulloso y se levantó del mueble.— Por cierto, Cassandra está aquí.

Emma se le borró la sonrisa por completo, y sintió como su piel se erizaba.

—¿Dónde está?— Preguntó Emma levantándose.

—En el jardín, esperándote.— Dijo Ben y luego tomó unas llaves de la mesa.— Debo irme, tengo un compromiso.

El ojiazul se acercó a ella para darle un beso en la mejilla y se retiró de la mansión.

Emma estaba nerviosa, hace una semana y media no veía a Cassandra, aunque la ojiverde también la estuvo evitando por ese tiempo. Se acercó al espejo y se miró, tratando de arreglarse, pero estaba perfecta, y más si venía de una sesión de fotos.

Caminó hasta el jardín, el atardecer se veía increíble, y ella estaba ahí acariciando algunas flores, estaba tan perfecta como siempre, unos jeans negros, tenía un suéter rojo y unas botas negras, el clima en New York estaba bastante frío y eso le encantaba a Emma.

—Barker.— Dijo Cassandra sin ni siquiera voltearse a verla, sólo sintió su presencia.

Cassandra se volteó y la vió, la ojiverde estaba preciosa, cualquier rastro de dolor que haya tenido ya no se reflejaba en su rostro.

—Hamilton.— Dijo Emma y se acercó a ella lentamente.— ¿A qué debo tú inesperada visita?

Cassandra sonrió y luego metió las manos en su chaqueta de cuero negra.

En tú mirada (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora