Una parte de mi se estaba muriendo por ir a abrazarlo y besarlo, pero la otra parte me frenaba.
Sabía que tenía que hablar con él, pero ya tenía que haber tomado una decisión, si aceptaba a él en mi vida, aceptaba su pasado.
Tenía que hacer una balanza, súper tonta ¿Que me dolía más? No tenerlo conmigo o tenerlo y saber que tendré un número en la lista de mujeres de él.
—¡Mi lobito! Cuidado— gritaba calipso desde el cielo, estábamos en una batalla con unos dragones en Athikus, mis piernas involuntariamente corrieron hacia donde se encontraba.
Después de todo, mi Tío Evan tenía razón era loba de un solo hombre. Tenía que preservar su vida, porque me sigue importando.
Lo empuje tan fuerte y rápido que yo recibí el coletazo del dragón en el hombro que me hizo impactar contra un árbol. Sentí que algo trono y ya no sentía fuerza en ese hombro.
Todo lo vi en cámara lenta, como si estuviera en una película Mateo y Calipso tratando de contener a la bestia. James corriendo hacia mi y un campo de magia amarilla rodearme.
Esa cámara lenta se fue apagando poco a poco hasta que todo se volvió negro.
Romina caminaba a su casa con una férula en el brazo que la cubría desde el hombro hasta la muñeca.
—No te puedo cargar ahora Ariel —decía Romina viendo como su perrita alzaba sus patitas delanteras.
La chica se acomodo en su sillón con su fiel amiga Ariel a su lado, hasta que se quedó dormida.
—Ábreme la puerta muñequita o la tiro — la chica se levantó aturdida y abrió la puerta, encontrándose con él.
Zaid vio a la chica visiblemente recién levantada, con esa ferula en el brazo, sintiéndose aún más culpable.
—¿Qué quier—fue interrumpida por un abrazo que le dio él.
—No debiste interponerte así muñequita— Romina se separó rápidamente.
—Solo hazme el favor de irte, ahorita no te quiero ver —mirándolo con reproche. Tenía que tomarse las pastillas para el dolor, fue a la cocina por esas dichosas pastillas.
Cuando volteó Romina, ahí estaba Zaid cargando a Ariel jugando con ella. —No me voy a ir de aquí muñequita. Hasta que hablemos —dejo a Ariel en el piso y acorralo a la chica en la esquina de su cocina.
Ella no lo veía a los ojos, sabía que podría sucumbir ante esa mirada azul.—Sabes de sobra que me importas demasiado, estoy enamorado de ti además eres mi mate — la chica alzó la mirada ante esa declaración, topándose con la de él.
—¿Desde cuando lo sabias? Desde cuando sabías que era tu mate — agradecía la chica a todo lo que conocía por tener carácter y enfrentarlo.
—Lo supe siempre Romina, pero tuve que aceptar nuestra conexión cuando tenía 2 años para encontrarte—
—Lo supiste desde ese entonces ¿y seguiste siendo el mismo idiota mujeriego?— lo encaró furiosa — que bonito Weisz —lo apremió— sabes ¿como lo supe yo? Tenía 14 años, mi loba gritó "MATE" cuando te estabas besuqueando con una rubia enfrente mía. ¿Sabes que horrible es eso? — él bajo la mirada.
—Muñequita, yo no sabía, lo lamento tanto—ahora las palabras de Finnigan le pesaban "Espero que no te arrepientas" ahora se arrepentía enormemente.
—No, al contrario. Te agradezco enormemente tu falta de interés en mi. Sino ahorita no sería lo que soy ahora — mirada cruda de Romina se le encajo en el pecho a Zaid—estaba tan feliz, siendo rechazada por ti. ¿Por qué te tuviste que acercar a mí? ¿Acaso fue otro truco? —ya lo estaba golpeando en el pecho con la mano sana y llorando.
—Basta, no sigas así —limpiandole las lágrimas — por favor, ya basta mi amor, no te atormentes — la abrazo por los hombros, con cuidado.
Romina estaba temblando —Yo realmente actué muy egoísta, me excusé pensando en que era una aberración esta conexión y que tu merecías crecer como todos. Por eso continué con mi vida "normal" ya no iba a visitarte tanto, cuando ibas a casa de mis padres procuraba no estar. No me di cuenta que estaba lastimando y alejando a una de las personas que siempre me recibió con los brazos abiertos, que me quiso a su modo de niña. Te convertiste en una gran mujer y me fuiste atrayendo poco a poco con tu actitud, tu forma de ver la vida, yo también me enamoré de ti —Zaid sonrió al ver cómo ella se cargaba en su cuello.—Perdóname, perdóname enserio muñequita —
—Te perdonó — susurró Romina aún abraza a él — ¿Sabes por qué? Porque me enseñaste qué había un Zaid que no conocía, conocí al verdadero tú en este tiempo. Ambo nos conocimos realmente en estos meses y me ha encantado— se separó con una sonrisa, Mateo la hizo reflexionar mucho eso cuando estaba de vacaciones. — este es el Zaid que me enamoro — confesó con sus mejillas todas roja.
—Este soy yo, realmente y no quiero dejarte ir nunca cariño — la tomo del rostro — eres la mujer de mi vida — besando su frente.
Romina sonrió y lo beso, era un beso que ya ambos necesitaban, Zaid sonrío y la atrajo más a él.
Resultó que si, para Romina Decanini era más doloroso no tener a Zaid Weisz a su lado.
—Te quiero — dijo ella enredando sus manos en el suave cabello de él. —Zaid me encantas —
—Te quiero mucho más muñequita— le acarició la cintura, juntaron sus frentes Romina veía aquellos hermosos ojos azules. Para luego el joven Weisz, moverse por toda la cocina.
—¿Que haces cariño?— le pregunto Romina, mientras veía como sacaba cosas del refrigerador para empezar a cocinar.
—Le hago la cena a mi novia — comenzando a cortar un poco de jamón y verdura — mi chica merece descansar—
—¿Soy tu novia?— le pregunto sonrojada y Zaid la sentó en la barra de la cocina y le dio un trozo de jamón.
—Claro que si, bueno si tú quieres — alzó la ceja divertido. —sino digo, puedo decirle a Calipso que estoy soltero aún que la chica que quiero no me hace caso y pues ya vi que esa rubia no pierde el tiemp— lo interrumpió Romina.
—Eres mi novio, ni modo — le dio un piquito en los labios.
—Bien novia, entonces déjame hacerte la cena.—
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Déjame volar.
Werewolf-¿Entonces que harás?- pregunto Finnigan mientras veía a sus hijos Henry y Wyatt Melbrock de dos años, jugar con Romina Decanini de 5. -Nada, seguir con mi vida- respondió simplemente - por el hecho de que sea mi mate, no significa que tenga que est...