Capítulo 47

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En la tierra los lobos de la manada Silver Moon y Green Moon estaban aullando a la luna, un nuevo miembro de ambas manadas iba a nacer.

El hijo o hija del Alpha Zaid Weisz y la omega Romina Decanini, era un acontecimiento histórico, dos antiguas familias lobunas, unen su sangre.

—Ya nació— anunció Sebastián saliendo del cuarto de curación. Zaid se levantó rápidamente de donde estaba sentado.

—¿Cómo están Sebastián? —preguntó impaciente y emocionado.

—Ambas están muy sanas, no te preocupes. — le explico el guardián. Zaid solo repitió en su mente "ambas" entró a la habitación con el corazón en la mano.

Lo primero que vio fue a su muñequita, acomodada en una de las camillas, con un semblante agotado, pero se veía muy feliz.

—Zaid— Romina sonrió al ver al hombre de su vida, él no dejaba de ver el bultito que cuidaba con recelo.

—Muñequita— su emoción la carcomía, Romina sonrió, destapó con cuidado al bebé.

—Mírala Zaid, es hermosa — ahí estaba la bebé más hermosa que veía Zaid, descansaba tranquilamente entre las sábanas suaves, sin saber qué pasaba alrededor.

—¿Puedo?— pregunto con algo de miedo, se sintió un inexperto, temía lastimar a su hija. Romina asintió y le entregó al bebé.

—Es hermosa — con sentimientos entrecontrados— Hola bebé, soy tu papá— acariciando sus mejillas —Eres hermosa— dándole un beso en la frente— te amo hija— llorando, ese pequeño ser le había robado el corazón.

Romina solo veía esta escena enternecida.

—Te amo muñequita hermosa — Zaid se acercó a ella, Mina solo veía a su hija con una sonrisa —¿Sigues enojada conmigo?— preguntó en un puchero, dándole un beso en la frente.

—La verdad si, ¿Como crees que después de todo lo que hizo James por mí, le iba a mentir? — tomando a la bebe quien ya reclamaba atención, Romina la acunó en sus brazos y comenzó a darle de comer. —Ella no merece crecer en una mentira —acariciando su cabecita, sin ningún cabellito.

En eso apareció James en la puerta con varios regalos y una sonrisa.

—Hola Minita, felicidades por lo de tu hija —llego con cuidado — se parece a ti— observando a la bebé— y eso es muy bueno — suspiro, Zaid lo miro mal. Era cierto, la bebe era idéntica a su muñequita.

Pero cuando la recién nacida abrió los ojos, Zaid sonrió triunfante. Ahí estaban sus ojos.

—Es hermosa — seguía llorando Romina emocionada, tomandole su mano, de la cual salían destellos de luz mágica verde.

Zaid enternecido concentró un poco de magia en su dedo índice y la bebé lo tomó, padre e hija estaban reconociendo su magia.

James y Romina solo veían esto con mucha ternura, el arcángel se removió recordando también a qué venía.

—Lo hare Romina, le daré mi apellido a esta bebé, quiero que esté a salvo — Zaid ya no los escuchaba, estaba con su hija teniendo otro momento especial.

—Te voy a cuidar, te voy a proteger siempre, mi pequeña —sintiendo la magia de ella.

—No, James. Te lo agradezco, pero no — la voz de su muñequita, lo hizo volver a la realidad —No es justo para nadie y menos para ti— la sonrisa tranquila de Romina perturbo a ambos hombres.

—Pero Weisz no puede reconocerla aún con Joanna dándole caza— trataba de hacerla entrar en razón.

—Lo sé James, si lo hemos hablado Zaid y yo— con la misma tranquilidad que perturbaba a ambos, Zaid abrazo más a su hija — mi hija será Ainhoa Decanini — se levantó y tomó a su hija de los brazos de su padre — Y a quien no le guste, se puede ir mucho a la fregada — mirando mal a ambos que iban a comenzar a protestar.

—Bueno, primero que nada me encanto el nombre — Zaid estaba en las nubes, su muñequita le puso el nombre que él sugirió— y segundo, no es tan mala idea que tenga tu apellido muñequita, claro me encantaría gritar a los cuatro vientos que es una Weisz.— suspiro.

—De nada, por sugerir lo mejor para mi ahijada — decía Mateo cruzando los brazos en la puerta— le quiero evitar traumas a la pequeña, imagínate que tuviera el apellido de otro hombre ¿Qué es esto? Una telenovela, claro que no. No quiero que crezca con una crisis de identidad —

En la ciudad celestial, ya se corría la noticia de que la arcángel Romina Decanini, una de las 24 había tenido un bebé.

—Así que tú me cuidabas tanto de este ser— decía viendo como mi hija irradiaba su magia y me cubría con la misma, pudiendo dormir a gusto —Te amo, mi Nhoa linda—

—Son lo mejor que me ha pasado mi muñequita y mi muñequita mini— ahí estaba Zaid a lado mío, abrazándome — aunque ahora mi hija, me está robando el trabajo de cuidarte.—acomode a mi bebé en su cuna, con cuidado de no despertarla, se había levantado por 3era vez por comida.

—No seas celoso de tu hija, Weisz — le dijo divertida Romina, Zaid negó y simplemente le dio un beso.

—No lo estoy, entiendo que ella necesita tu atención. Pero cuando esta dormidita, tú atención es toda mía —como si nada, dándole otro beso — encontré más acerca de esa tribu que tanto dijiste, creo que Elian tenía razón. Era una tribu que maneja tanto magia intrínseca como extrínseca—

—Eso está súper bien, ellos podrán ayudarnos a resolver demasiadas dudas — ya me estaba emocionando abracé a Zaid.

—Pero tenemos un problema Muñequita, esa tribu se cree casi extinta, sino, ya está extinta. El último registro de una persona con ese tipo de magia, fue de hace 500 años en un pueblo de Europa.—suspire sin dejar de abrazarlo.

—Amor mío— le dije acariciando su mejilla — a estas alturas de tu vida, después de todo lo que has visto , ¿crees en eso? Que un pueblo esté extinto, con sinceridad y menos con ese tipo de magia.— le expuse con total sinceridad.

—Tienes razón, no creo que ese pueblo esté extinto. Llámale un tipo sexto sentido— cargándome — debes dormir muñequita, la mini muñequita no te está dejando descansar. Yo me encargo si se vuelve a levantar—

Déjame volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora